En enero de 2025, los consumidores argentinos enfrentaron aumentos importantes en una amplia variedad de productos básicos, dificultando aún más el acceso a la canasta alimentaria. Según el informe del INDEC, algunos de los alimentos esenciales vieron alzas que rozan el 50%, lo que impactó de lleno en los bolsillos de las familias.
El rubro de frutas y verduras fue uno de los más afectados, con el limón como el principal protagonista. Su precio aumentó un alarmante 54,1%, un incremento que ha dejado a muchos consumidores preocupados por el costo de este producto esencial. En la misma línea, el tomate redondo también registró una suba del 23,2%, haciendo aún más compleja la compra de alimentos frescos para muchas familias.
La merluza, un pescado básico en las mesas argentinas, también experimentó un aumento notable del 13,2% por kilo. Aunque no tan pronunciado como en el caso de las frutas y verduras, este incremento en productos proteicos sigue sumando presión a los gastos alimenticios de los hogares.
Otros productos que también vieron un aumento importante fueron el aceite de girasol, que subió un 6,5%, y los desodorantes, que tuvieron una subida del 5,8%. Estos incrementos reflejan una tendencia que afecta tanto a los alimentos como a otros artículos de consumo diario, afectando a todas las categorías de productos de la canasta básica.
La situación se complica aún más si se considera que la inflación interanual alcanzó el 84,5%, lo que implica que los argentinos continúan enfrentando dificultades para poder adquirir productos que antes resultaban de fácil acceso. Si bien hubo ciertos productos que bajaron de precio debido a la estacionalidad, como la papa y el zapallo, los aumentos en alimentos fundamentales siguen siendo una preocupación central para el país.
El panorama se completa con una inflación mensual del 2,2%, la más baja en años, pero insuficiente para aliviar la carga económica de las familias que deben lidiar con el constante aumento de los precios de los alimentos básicos.