Brutal ajuste: un informe revela cómo el Gobierno asfixia al Garrahan

El hospital pediátrico más importante del país sufre recortes que afectan su personal, su capacidad de atención y su rol formativo.

La Fundación Soberanía Sanitaria difundió un análisis que expone con crudeza el impacto que viene provocando la decisión oficial de sostener el presupuesto del Hospital Garrahan sin aumentos, a pesar de la inflación acumulada en los últimos meses. Según el documento, este congelamiento genera un deterioro profundo que pone en jaque la atención pediátrica de calidad y la formación de especialistas.

«Su desfinanciamiento pone en riesgo el acceso equitativo y de calidad a la salud pediátrica», alertaron en el informe. El diagnóstico surge de datos extraídos del propio Consejo de Administración del Garrahan y del sitio oficial de presupuesto abierto, donde constan los montos ejecutados: durante 2024, el hospital contó con $169.445 millones, cifra que permaneció idéntica en 2025. En términos reales, esto implicó un recorte de más del 50% por efecto de la inflación, que el año pasado trepó al 117,8%.

La organización detalló que el 55% de los fondos se utilizan para pagar sueldos y que alrededor del 30% financia el funcionamiento diario, mientras que el resto se destina a bienes de capital. Esta estructura, advierten, vuelve insostenible el servicio si no se actualizan partidas. «La prórroga presupuestaria sin actualizaciones frente a una inflación acumulada del 117,8% implica, en los hechos, una decisión política de desfinanciamiento. El ajuste no se traduce solo en números: se refleja en sueldos congelados, pérdida de personal calificado, deterioro de las condiciones laborales y riesgo directo sobre la calidad y la capacidad de atención. En un contexto de inflación persistente, el Garrahan está perdiendo su capacidad de sostener sus múltiples funciones y de ser ese hospital que, históricamente, llegó a cada rincón del país», planteó la Fundación.

La situación ya provocó consecuencias concretas: la salida de aproximadamente 100 profesionales que cumplían tareas de atención, investigación y docencia. «Luego del congelamiento presupuestario se vieron afectados los salarios, y como consecuencia aproximadamente 100 profesionales renunciaron a sus puestos de trabajo dentro del Hospital Garrahan. Allí cumplían tareas no solamente de atención a niños sino también de investigación y formación de médicos residentes, quienes eligen las residencias como modelo de formación y especialización intensiva que no puede ser reemplazada por otros modelos. Así es como se achica otra de las funciones del Hospital, que no solamente da respuestas en lo inmediato, sino que prepara profesionales a futuro para otros hospitales y también centros de atención privada», explicó el informe.

La Fundación también puso el foco en la relevancia que tiene el Garrahan más allá de la Ciudad de Buenos Aires. «Es necesario destacar que el Garrahan no solo atiende a personas con salud pública exclusiva, sino también a aquellos con cobertura de obra social y medicina prepaga, que recurren al hospital por su reconocida especialización y calidad. A su vez, el hospital recibe pacientes de diversas partes del país e incluso de otras naciones, consolidándose como un centro de referencia regional e internacional. Este perfil multidimensional resalta la importancia de garantizar su estabilidad económica, ya que su desfinanciamiento afectaría a todos los que dependen de su alta capacidad técnica y profesional», subrayaron.

La situación es particularmente crítica en áreas donde se necesita un plantel amplio de personal. En la terapia intensiva, por ejemplo, se requiere una proporción mucho mayor de enfermeras y técnicos que de médicos para asegurar la atención constante. «Como en cualquier establecimiento de salud, el personal médico representa únicamente una parte minoritaria del personal necesario para dar funcionamiento a la institución. Solamente por dar algunos ejemplos: mientras que por ejemplo, en una terapia intensiva se requiere un médico por cada 6 u 8 camas, son necesarios el doble o triple de enfermeras y enfermeros para garantizar cuidados de calidad y adecuados. Proporciones similares pueden ser aplicables para otros niveles de cuidado y servicios», precisa el texto.

El comunicado concluye con un llamado de atención sobre lo que está en juego. «En definitiva, su desfinanciamiento pone en riesgo el acceso equitativo y de calidad a la salud pediátrica, y amenaza con deteriorar una red de atención que beneficia a miles de personas, independientemente de su cobertura de salud. La defensa del Garrahan es, por lo tanto, una defensa del derecho a la salud para todas las infancias del país», sostuvieron desde la Fundación.

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