El ministro de Economía, Sergio Massa, destacó en su cuenta de Twitter que el Gobierno utilizará “todas las herramientas del Estado para ordenar” la situación del dólar ilegal y el oficial. Esto lo hizo mientras el tipo de cambio ilegal rozó los $ 500 por unidad. Si bien en la jornada, el tipo de cambio informal retrocede por la intervención que realizó Economía en el dólar bolsa y contado con liquidación, el riesgo de nuevos saltos persiste hasta que no se encaren las causas de fondo.
El dólar blue consiste en una plaza muy pequeña, de cerca de 5 millones de dólares diarios, que puede sobre reaccionar ante movimientos de dinero que no sean necesariamente de gran volumen y por expectativa. Los adelantos de una dolarización de parte de la oposición y una sociedad de bolsa generaron un movimiento especulativo que fue reforzado por la sensación de caos alimentada desde algunos medios de comunicación.
El fin, justamente, es que el tipo de cambio salte durante la gestión del Frente de Todos, pese a que Sergio Massa no pretenda una devaluación por encima de la que acompaña a la inflación. Esto, para que sea ese el peronismo el que pague el enorme costo político que genera la disparada del dólar, que es la intención de fondo macrismo: licuar el poder de compra de los pesos.
«Hace varios días que vivimos una situación atípica de rumores, versiones, falsos informes y su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar», manifestó Massa. Al mismo tiempo, anticipó que se utilizarán «toda las herramientas del Estado para ordenar esta situación».
Asimismo, el titular del Palacio de Hacienda indicó que se notificó al Fondo Monetario Internacional (FMI) «de las restricciones que pesaban sobre la Argentina». Anticipó que se va «a cambiar en la rediscusión del Programa».
Además, Massa sostuvo que se recurrirá «a la Justicia Penal Económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF y a la CNV para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero». «Paralelamente vamos a seguir con los acuerdos de multilaterales, exportadores con transformación de exportaciones a yuanes y el acuerdo de desembolso con el FMI para refortalecer las reservas que por el impacto de la sequía se vieron perjudicadas», concluyó.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, esgrimió en redes sociales que las especulaciones cambiarias con las que se manipulan los mercados mostrarán otra versión del ministro de Economía. «Hay algunos jugadores del mercado que solo conocen al Massa que trabaja 16 horas por día y dialoga con todos, pero me parece que de acá al viernes van a descubrir al que conocemos en la política, que cuando se cansa de que lo quieran boludear pelea con todo lo que tiene«.
A comienzos de semana, el director argentino ante el Fondo Monetario Internacional, Sergio Chodos, señaló que tres economistas del «gobierno anterior» le pidieron a funcionarios del organismo multilateral que no brinden asistencia a la Argentina hasta que asuma una nueva gestión. El mismo funcionario los calificó de «antipatrias» por esto.
En diálogo con NA, Chodos describió a la situación como «triste» y apuntó, sin nombrarlos, contra Alfonso Prat Gay, Hernán Lacunza y Guido Sandleris. Estos hablaron con integrantes del FMI «para pedir que no le den a la Argentina ni un front load (anticipos) ni desembolsos, bajo el argumento de que si esperan negocian con ellos un nuevo programa».
Las bajas reservas que dejó Juntos por el Cambio en el Banco Central, sumada a la atadura de manos con el acuerdo del FMI, limitaron desde el día cero el poder de fuego del Frente de Todos. Mientras que Mauricio Macri le pidió a Alberto Fernández que salga a poner calma en la corrida cambiaria generada en 2019 por el modelo neoliberal, el partido amarillo en rol opositor tomó ahora la posición contraria: busca desestabilizar con declaraciones en on y off que le tiren más nafta al fuego blue.
Esto, por supuesto, repercute en los productos y servicios que se comercian al oficial. Décadas de economía bimonetaria desde la dictadura de 1976 obligan a que el razonamiento social sea: sube el dólar (oficial o ilegal), entonces aumentarán los precios, y viceversa. Cuando los incrementos están manipulados por intereses de grandes grupos concentrados que intentan generar una devaluación, esta presión sobre el blue y la inflación genera también una situación de empuje sobre la divisa mayorista.
Estos movimientos especulativos siempre fueron generados en los años electorales, aunque generalmente ocurren más cerca de los comicios. Siempre tiran de los hilos los únicos que tienen una espalda robusta de dólares como para beneficiarse del escenario. En este caso, las flacas reservas que dejó Cambiemos y no pudieron ser repuestas en una gestión, dejan al equipo económico con un menor poder de fuego desde el Banco Central, que en realidad es conducido por Miguel Pesce. Más aún si se tiene en cuenta que el mega endeudamiento y el acuerdo con el Fondo también pretendió condicionar a quien sea que sucediera a Macri.
La propuesta del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, puede ser un gesto necesario en este contexto. «Frente al ataque contra nuestro país necesitamos que Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa se junten. Todas y todos los militantes peronistas nos vamos a poner detrás de ellos para defender el derecho de construir una Argentina más justa», planteó en el programa Mejor País del Mundo en Radio Con Vos.
«Hay sectores económicos y una oposición que no viene con globos de colores, sino que vienen a romper la Argentina, a sacarnos la patria, a desangrarnos», graficó el funcionario. «Ellos plantean profundizar una crisis y con eso habilitar el ajuste más violento. Cada vez que Macri está detrás de estas jugadas, es ajuste y timba. Frente a eso, nosotros tenemos que tener un peronismo más unido y más fuerte que nunca», sintetizó Katopodis.
Detrás de las propuestas de los conservadores de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza se esconde una grosera licuación de los salarios. ¿Cuántos dólares le darán a un trabajador por su actual sueldo en pesos? ¿Cuántos kilos de pan podrán comprarse si se dolariza? ¿Y las jubilaciones, llegarán a las dos cifras al menos? ¿O incluso eliminarán el sistema de reparto, como casi logra Macri, y dejarán a seis millones de personas sin sustento mensual?
Por eso, ante una búsqueda de devaluación por parte de estos actores, la solución corre el riesgo de quedarse corta si sólo se plantea desde el marco económico y no se le otorga la robustez que tendría una respuesta que abarque a la política. A toda la política. Que exponga a los responsables de las corridas. Y se le expliquen a los de a pie que estas son las preguntas que deberían hacerles a los candidatos de la derecha y, curiosamente, nadie les hace.
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