27 de diciembre de 2025

El consumo en caída también golpeó a Papá Noel y desplomó la venta de juguetes

El sector cerró las Fiestas con números en rojo, precios desordenados y familias que ajustaron cada compra ante la falta de plata.

La postal navideña dejó este año una imagen distinta: menos bolsas, más cálculo y juguetes que quedaron en las góndolas. Según datos de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), la venta de juguetes retrocedió 6,9% en unidades frente al mismo período del año pasado, en un contexto marcado por el ajuste en los hogares y un consumo cada vez más restrictivo.

Desde el sector describieron un escenario atravesado por presupuestos familiares achicados, decisiones de compra más medidas y una caída general del poder adquisitivo. El freno también alcanzó al canal digital, que lejos de compensar la baja de las ventas presenciales, mostró un comportamiento prácticamente estancado durante las Fiestas.

Para amortiguar el golpe, bancos y billeteras virtuales desplegaron promociones, planes de cuotas y descuentos agresivos, en un intento por sostener un nivel mínimo de ventas. Aun así, el resultado final no logró revertir el saldo negativo del año.

“Si bien el resultado final fue negativo, el desempeño de diciembre fue mejor al esperado, especialmente en relación con noviembre, mes que había mostrado una caída fuerte e inesperada. En particular, se observó una mejora en el ritmo de ventas durante los días previos a Nochebuena, aunque no alcanzó para compensar la baja del Día del Niño ni los fuertes retrocesos de los meses posteriores”, sostuvo Matías Furió, titular de la Cámara.

El comportamiento del consumo dejó una señal clara: los productos más baratos concentraron la mayor parte de las ventas. Los juguetes económicos y de bajo precio lograron una rotación aceptable dentro de un mercado en retracción, mientras que los artículos de mayor valor —en especial los vinculados a licencias, películas y grandes marcas— casi no encontraron compradores.

A ese cuadro se sumó el impacto de la importación. Muchas licencias y marcas internacionales se ofrecieron principalmente a través de tiendas virtuales del exterior, lo que perjudicó a las plataformas locales. Además, la oferta importada expuso fuertes distorsiones de precios y problemas de calidad.

“La oferta importada mostró un desempeño muy negativo, asociado a precios distorsionados, falta de coherencia comercial y, en muchos casos, baja calidad. Se detectaron situaciones en las que un mismo juguete importado fue ofrecido por distintas empresas importadoras a valores muy dispares, generando confusión y desconfianza en los consumidores”, manifestó Furió.

Pese a esas dificultades, los productos importados siguen dominando el mercado: representan alrededor del 70% de la oferta y de las ventas, un dato que agrava la situación de los fabricantes nacionales, que enfrentan caída de demanda y competencia desigual.

El ajuste también se reflejó en el gasto promedio. En las jugueterías de barrio, el ticket rondó los $19.000 por unidad; en supermercados, bajó a unos $10.000; y en cadenas especializadas trepó hasta aproximadamente $45.000. “Este comportamiento refleja una clara preferencia por productos de precio bajo y medio, tendencia que condicionó la estrategia comercial del sector”, señalaron desde la CAIJ.

Qué eligieron las familias para regalar

De acuerdo al relevamiento de la Cámara, las principales elecciones durante las Fiestas se concentraron en:

  • Primera infancia (hasta 4 años): juguetes didácticos, apilables, encastres, autitos y sensoriales, con fuerte presencia de producción nacional.
  • Aire libre, playa y pileta: lanzaaguas, juegos para arena, inflables y artículos recreativos, impulsados por el inicio del verano.
  • Juegos de mesa familiares: opciones educativas y sociales, con marcas nacionales como protagonistas.

El balance dejó una señal de alarma para un sector que depende casi por completo de fechas clave y que, este año, chocó de lleno con la recesión y la pérdida de ingresos de las familias.

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