27 de diciembre de 2025

Navidad y malestar digestivo: claves para evitar el dolor de panza y cómo aliviarlo si aparece

Excesos, calor y descuidos en la cocina suelen pasarse factura en las fiestas. Especialistas explican cómo cuidarse antes y después.

Las celebraciones de fin de año suelen dejar algo más que brindis y sobremesas largas. En muchas mesas, la combinación de platos abundantes, alcohol y altas temperaturas deriva en molestias digestivas que van desde la pesadez hasta cuadros de intoxicación alimentaria que terminan en la guardia.

La clásica cena navideña reúne comidas muy elaboradas, salsas intensas, condimentos fuertes y porciones que superan lo habitual. A eso se suma el consumo de bebidas alcohólicas y dulces, una mezcla que el organismo no siempre tolera bien. Pero el problema no pasa solo por cuánto se come, sino también por cómo se preparan y conservan los alimentos, especialmente cuando la heladera queda saturada y los platos pasan horas fuera del frío.

Cómo reducir el riesgo durante las fiestas

Las principales causas del dolor de panza en Navidad aparecen por los excesos y por alimentos a los que el cuerpo no está acostumbrado. Para disminuir el impacto, especialistas en nutrición recomiendan organizar las compras con anticipación, cocinar cantidades moderadas y priorizar ingredientes frescos.

También aconsejan servir porciones chicas, comer despacio y masticar bien, sin recurrir a ayunos previos como “estrategia” para compensar. Las carnes magras, las guarniciones livianas y los aderezos bajos en calorías ayudan a equilibrar el menú, al igual que limitar el alcohol y optar por bebidas sin azúcar. En la mesa dulce, la clave pasa por elegir poco y variado, evitando el exceso de confites y chocolates.

Evitar intoxicaciones alimentarias

En esta época del año, las intoxicaciones aumentan por errores en la manipulación de los alimentos. La higiene resulta central: manos limpias, superficies desinfectadas y utensilios separados para alimentos crudos y listos para consumir. La contaminación cruzada, el mal descongelado de carnes y la ruptura de la cadena de frío aparecen entre los errores más frecuentes.

Verduras y frutas requieren un lavado cuidadoso, mientras que huevos, pescados y preparaciones con mayonesa demandan controles estrictos. En especial, los platos que necesitan frío no deben quedar a temperatura ambiente durante horas, ya que las bacterias se multiplican con rapidez en ambientes cálidos.

Qué hacer si el dolor ya apareció

Cuando el malestar digestivo se instala, lo principal pasa por hidratarse y darle descanso al sistema digestivo. El agua, el agua de coco y las infusiones suaves como la manzanilla ayudan a aliviar la inflamación abdominal.

Durante algunos días conviene optar por una dieta blanda: arroz blanco, caldos caseros, pan tostado y galletitas simples. Se recomienda evitar comidas grasas, picantes, café, gaseosas y alimentos que generen gases. Las bananas y las manzanas, enteras o en compota, aportan nutrientes útiles para atravesar el cuadro sin sumar irritación.

Cuidar la alimentación y la manipulación de los alimentos no garantiza una Navidad sin excesos, pero sí reduce las chances de que el festejo termine con dolor de panza y reposo obligado.

About Author

Categorías