26 de diciembre de 2025

Los primeros dos años de Milei dejaron a la industria en terapia intensiva

La encuesta del Observatorio Pyme refleja menor producción, empleo en caída, costos en alza y un avance externo que erosiona el mercado local.

Las pequeñas y medianas industrias atraviesan una etapa de fuerte debilidad que ya supera los dos años. De acuerdo con un informe de la Fundación Observatorio Pyme, el sector acumula diez trimestres consecutivos de retroceso en la actividad, en un contexto signado por el enfriamiento del consumo interno y una competencia importadora cada vez más intensa.

El estudio toma como referencia el tercer trimestre de 2025 y se apoya en una encuesta realizada a 425 empresas industriales de todo el país, relevadas entre fines de septiembre y octubre, en medio de tensiones cambiarias, financieras y del proceso electoral. En ese período, la producción industrial pyme mostró una contracción acumulada del 4,1% y quedó 7,5% por debajo del nivel registrado un año antes.

El deterioro también impacta en el empleo. La dotación de personal cayó 4,6% en términos interanuales, con un desempeño más adverso entre las firmas más chicas, de entre 10 y 49 trabajadores. Si bien el ritmo de caída se moderó, el informe advierte que el mercado laboral pyme sigue bajo presión.

Las señales de expectativas acompañan el diagnóstico negativo. El PMI-PyME, indicador que anticipa el nivel de producción, se ubicó en 43 puntos, dos menos que en el trimestre previo. En la misma línea, el Índice de Confianza Empresarial PyME descendió a 44 puntos. Ambos registros permanecen claramente por debajo del umbral de 50 que marca una situación neutral.

Uno de los datos más sensibles del relevamiento es el avance de los productos importados sobre el mercado interno. El 37% de las empresas consultadas afirmó haber perdido participación frente a bienes del exterior, el valor más alto desde que la serie comenzó a medirse en 2007. Dentro de ese grupo, el 73,3% identifica a China como el principal origen de la competencia, muy por encima de Brasil, que reúne el 16,6% de las menciones.

La mayor presión externa se combina con un escenario de costos en alza. Ocho de cada diez pymes reportaron incrementos en sus costos de producción, mientras que menos de la mitad logró trasladar esas subas a los precios finales. El resultado fue un achicamiento de los márgenes, ventas con escaso dinamismo y mayores tensiones financieras.

En concreto, el 52% de las empresas señaló atrasos en los pagos de sus clientes y el 35% admitió dificultades para cumplir con compromisos con proveedores, entidades financieras y el fisco. Además, volvió a crecer la preocupación por el encarecimiento de las materias primas, que alcanza al 51% de las firmas relevadas.

El informe dedica un apartado al sector de software y servicios informáticos, donde el panorama resulta algo menos adverso. Aunque acumula una suba del 0,9% en los primeros nueve meses del año, durante el tercer trimestre registró una caída interanual del 0,8%, la primera desde la pospandemia, junto con un retroceso en los niveles de confianza.

Las conclusiones refuerzan alertas previas de grandes actores industriales sobre los efectos de una apertura comercial sin resguardos frente a economías con fuerte intervención estatal. Según el Observatorio Pyme, si no se modifica el contexto competitivo, la presión importadora —con China como principal protagonista— se consolida como una amenaza estructural para la industria pyme, en un escenario de actividad deprimida y fragilidad financiera.

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