En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el conjunto de gastos en luz, gas, agua y transporte registró un aumento mensual del 5,7%, muy por encima de la inflación reciente y de las proyecciones privadas para el cierre del año. Para cubrir esos consumos básicos, un hogar necesitó $183.410.
El salto respondió a dos factores combinados: nuevas actualizaciones tarifarias en todos los rubros y un mayor uso de energía eléctrica, empujado por las altas temperaturas. Con ese escenario, el gasto en servicios pasó a equivaler al 55% del salario mínimo, vital y móvil, y absorbió el 11,1% de un sueldo promedio del sector privado formal.
Los datos surgen de un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-Conicet), que además señaló que, en el acumulado de 2025, la canasta de servicios públicos mostró una suba del 31%, en línea con la inflación esperada para el año, que rondó el 30,4% según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado.
Dentro de la canasta, el transporte volvió a ser el rubro con mayor incidencia. Explicó 19 de los 31 puntos porcentuales del incremento interanual y alcanzó un gasto promedio mensual de $83.196, lo que lo consolidó como el principal componente del presupuesto de los hogares del AMBA. En términos anuales, la movilidad acumuló un aumento del 48%, muy por encima del resto de los servicios.
La electricidad también mostró un fuerte impacto en diciembre. Aunque los cuadros tarifarios subieron alrededor de 3%, el mayor consumo propio del verano disparó las facturas hasta un promedio de $44.808 mensuales para los usuarios sin subsidios, con un avance del 20,8% solo en ese mes.
El gas natural tuvo un comportamiento distinto. Si bien registró ajustes tarifarios, la menor demanda por razones estacionales moderó el efecto final y llevó la factura promedio a $22.970, con una baja mensual del 4,6%. En el caso del agua, el incremento del cuadro tarifario y la mayor cantidad de días del mes empujaron la boleta media a $32.435, lo que implicó una suba del 4,4%.
El peso de estos gastos sobre los ingresos dejó un panorama ajustado. Con un salario promedio registrado estimado en $1.669.987, una persona pudo cubrir unas nueve canastas de servicios públicos en diciembre, apenas por encima del registro del año anterior. Dentro de ese esquema, el transporte representó el 43% del gasto total en servicios, al menos el doble que cualquiera de los otros rubros.
En el caso del salario mínimo, fijado en $334.800 tras el último aumento definido por el Gobierno ante la falta de acuerdo en el Consejo del Salario, la canasta de servicios absorbió más de la mitad del ingreso mensual.
El informe también reflejó el recorte en los subsidios económicos. En términos reales, las transferencias a energía, agua y transporte cayeron 43% interanual, con una baja del 48% en energía y del 26% en transporte. Actualmente, los hogares del AMBA cubren en promedio el 53% del costo real de los servicios, mientras que el Estado financia el 47% restante, con diferencias según el nivel de ingresos.
De cara a 2026, el escenario anticipa nuevas presiones. Desde enero entrará en vigencia un esquema de subsidios energéticos focalizados que eliminará la segmentación por niveles y dividirá a los hogares únicamente entre quienes reciben o no asistencia, en función de ingresos y criterios patrimoniales. Además, se redefinirán los consumos subsidiados con parámetros estacionales, tanto para electricidad como para gas, lo que podría volver a recalentar las facturas en los meses de mayor demanda.
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