El último informe de Barclays volvió a sacudir la discusión económica local. El gigante financiero les avisó a sus clientes que la Argentina atraviesa una etapa complicada, con una economía que no levanta vuelo, más tensiones externas y un aumento de la deuda en dólares que contradice el relato oficial. El documento, titulado “No siempre puedes tener lo que quieres”, circuló esta semana y puso en el centro de la escena la sostenibilidad del programa económico.
La entidad advirtió que “las reservas netas, excluyendo los desembolsos del FMI, son hoy más bajas que cuando Milei asumió”, un punto que para el banco debe encender todas las alertas. También señaló que “no hay señales claras de que el Gobierno tenga intención de revertir esa fragilidad externa”, por lo que el cuadro de situación luce aún más delicado. Según sus cálculos, el país se ubica por debajo de economías que históricamente mostraron mayores vulnerabilidades, como Kenia, Nigeria o Egipto.
Barclays se sumó así al análisis crítico que días atrás hicieron UBS, Santander y BBVA. Los analistas Ivan Stambulsky y Jason Keene plantearon que el Gobierno priorizó la gobernabilidad y el proceso de desinflación antes que reforzar el colchón de divisas, una decisión que para ellos ya no tiene margen: “Creemos que había una razón política defendible para relegar la acumulación de reservas, pero ese ya no es el caso”.

Los números del informe muestran la magnitud del problema. Cuando Javier Milei tomó el mando, las reservas netas se ubicaban en torno a USD -11 mil millones; ahora rondan los USD -16 mil millones, muy lejos de la meta revisada con el FMI y más de dos puntos del PBI por debajo de lo previsto a mediados de año. La entidad también calculó que, aun incluyendo el oro, la liquidez ronda los USD 28 mil millones, pero gran parte corresponde a depósitos de los bancos en el BCRA. Al descontarlos, el margen real se achica a USD 23 mil millones, mientras que entre 2026 y 2027 vencen USD 33 mil millones. En el mercado se instaló la sospecha de que el Banco Central usó depósitos en dólares de los ahorristas para cancelar el vencimiento de Bopreales de este lunes.
El diagnóstico sobre la deuda también golpea al discurso oficial. Para Barclays, el deterioro del balance externo no se originó en una reducción del endeudamiento en moneda extranjera sino en lo contrario. Según el reporte, el stock pasó de USD 170 mil millones a USD 189 mil millones en menos de dos años, impulsado por los Bopreales y los repos con bancos, que sumaron USD 12 mil millones extra. “Los Bopreales y los repos con bancos agregan USD 12 mil millones en deuda denominada en dólares que no existía en 2023”, remarcó el documento.
El trabajo cuestionó además la confianza del Gobierno en la remonetización como vía para recomponer reservas. El banco sostuvo que “estamos escépticos respecto a la remonetización como forma de recomprar reservas” y planteó que las expectativas de devaluación juegan un rol clave. Ante un tipo de cambio que ya opera en la parte alta de la banda, cualquier sobresalto puede forzar una corrección. En esa línea, sentenció que “el fortalecimiento del techo de la banda en términos reales puede erosionar la credibilidad del régimen”.

Sobre la actividad, el informe marcó una señal de alarma similar a la de Domingo Cavallo: el atraso cambiario estaría sofocando la recuperación. Según Barclays, la economía —sin contar la intermediación financiera— se ubicó 0,7% por debajo del nivel de diciembre de 2024, muy lejos del rebote que difundió el Indec bajo la conducción de Marco Lavagna. Para el banco, el actual tipo de cambio real, apenas un 6% más débil que en 2017, es incompatible con una mejora duradera.
Los mercados tomaron nota. Mientras los bonos ecuatorianos lograron despegarse y operan con rendimientos por debajo del 10%, los títulos argentinos profundizaron la brecha entre los vencimientos 2030 y 2035. El 9 de enero llegará un examen crucial: el país debe afrontar un pago cercano a USD 3 mil millones. Para Barclays, la probabilidad de cumplimiento en el tramo corto ya está descontada, pero la clave sigue siendo la misma: la fragilidad de las reservas. El banco no dejó margen para interpretaciones: “Sin un tipo de cambio más flexible, no hay recuperación sostenible”.
El documento cerró con un posicionamiento prudente. La entidad mantuvo la recomendación neutral, aunque aclaró que el rumbo actual no alcanza para sostener la recuperación ni recuperar el acceso al crédito internacional. Su conclusión sintetizó esa postura: “Seguimos en posición neutral (‘Market Weight’). El fuerte desempeño electoral de Milei reafirma el apoyo político a su programa de reformas, pero seguimos creyendo que se necesita una política cambiaria más flexible -junto con un programa creíble de compras de reservas- para sostener la recuperación económica y recuperar el acceso al mercado de forma duradera”.
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