2 de diciembre de 2025

Qué es la Misión Génesis, que va a revolucionar la inteligencia artificial

La Casa Blanca ordena una reestructuración tecnológica para competir en áreas estratégicas frente a China.

En Washington, la Casa Blanca salió a exhibir una nueva bandera tecnológica: la “Misión Génesis”, un programa que Donald Trump impulsó mediante una orden ejecutiva y que apunta a reorganizar los recursos científicos del Estado alrededor de la inteligencia artificial. La apuesta busca consolidar el liderazgo estadounidense en un escenario donde la competencia con China tensó cada avance.

El plan entró en la estrategia más amplia del gobierno republicano para dominar sectores sensibles de alta tecnología y concentrar la toma de decisiones en una plataforma nacional. Funcionarios contaron que la administración ya sondeó posibles mecanismos para frenar regulaciones estatales sobre IA y, si hace falta, retirar apoyo federal para que ningún distrito avance por su cuenta.

La orden asignó al Departamento de Energía el rol de ingeniería central. Ese organismo deberá montar una red que combine supercomputadoras, repositorios científicos y laboratorios federales con herramientas avanzadas de IA para acelerar descubrimientos en áreas que van desde la fusión nuclear hasta la industria de semiconductores. Dentro de ese armado aparece la “Plataforma Americana de Ciencia y Seguridad”, pensada para que equipos técnicos accedan a cómputo de alto rendimiento, modelos de IA y conjuntos de datos federales útiles para automatizar parte del método científico.

La Casa Blanca estableció metas inmediatas: la estructura inicial tendría que mostrar resultados en un plazo de nueve meses, mientras que el Departamento de Energía recibió 60 días para elaborar un listado de veinte prioridades que ordenen los desafíos científicos más urgentes. Manufactura avanzada, biotecnología, energía nuclear, computación cuántica y materiales críticos integran los dominios estratégicos, todos sectores en los que Estados Unidos sintió la presión de Beijing.

El proyecto se apoya también en alianzas con universidades, empresas privadas y laboratorios nacionales, y exige protocolos reforzados de ciberseguridad para blindar investigaciones sensibles.

Trump describió el programa como un hito político que busca dejar una marca histórica, comparable a iniciativas como el Manhattan Project o el Apollo Program. Voceros del gobierno remarcaron que la finalidad es acelerar el método científico tradicional mediante agentes autónomos capaces de generar hipótesis, ejecutar simulaciones y optimizar experimentos a una velocidad que ningún equipo humano logra igualar.

La ambición incluye una transformación profunda del trabajo en salud, defensa, energía y computación avanzada. Investigadores consultados señalaron que desarrollos que antes llevaban años podrían resolverse en semanas gracias al cruce entre datos masivos y supercómputo. Sin embargo, el plan arrastra inquietudes: la orden ejecutiva no fija un presupuesto claro y expertos en privacidad y ciberseguridad marcaron riesgos serios por la integración de información sensible en sistemas de IA que operan a gran escala.

Otros especialistas advirtieron que una aceleración tan brusca del ecosistema científico podría beneficiar sólo a los grandes laboratorios o corporaciones con capacidad para integrarse al proyecto, mientras universidades más chicas o países sin infraestructuras similares quedarían relegados.

About Author

Categorías