21 de noviembre de 2025

Economistas afirman que el superávit del gobierno es una farsa

Analistas cuestionan el relato oficial y señalan que la carga de intereses hunde las cuentas públicas.

El Ministerio de Economía salió a festejar un superávit financiero de $517.672 millones en octubre, pero la celebración duró poco: en cuanto los economistas revisaron la letra chica, surgió un escenario muy distinto. Según ellos, el dato no refleja la situación real porque se arma con una contabilidad que deja afuera los intereses que se siguen acumulando como deuda, justo la partida que más presión ejerce sobre las finanzas nacionales.

Los informes oficiales mostraron un Sector Público Nacional en “positivo”, incluso en el resultado financiero, el indicador más exigente para cualquier administración. Sin embargo, ese mapa se resquebrajó rápido. Especialistas señalaron que Hacienda computa solo lo que salió efectivamente de caja sin incluir la deuda flotante, y además deja fuera los intereses capitalizados que se suman al stock de obligaciones.

En paralelo, Luis Caputo admitió que no cuenta con dólares suficientes para afrontar los próximos vencimientos y sugirió que podría recurrir al swap con China para cubrirlos.

El economista Nicolás Gadano resumió el punto crítico con un cálculo que encendió alarmas dentro y fuera del Gobierno. “Si salimos de la medición caja de las cuentas fiscales, y a los intereses pagados le sumamos los intereses capitalizados que se traducen en más deuda, el resultado financiero acumulado a octubre es un déficit de 2,3% del PIB”, publicó en X. La frase disparó un debate sobre la consistencia del relato fiscal.

Fuente: LPO

Un exfuncionario de Economía reconoció que la presentación oficial exige un manejo fino de la contabilidad: “No había forma de mostrar una foto robusta sin reordenar los devengados. La contabilidad no miente, pero permite ciertos encuadres”, explicó, y agregó: “el superávit es la joya de la corona del oficialismo; si falla, se cae todo el andamiaje discursivo”.

La discusión no se reduce a tecnicismos. La recaudación afloja mientras los intereses de deuda se mueven más rápido que la inflación. Según el IARAF, el superávit primario nacional cayó 16% real interanual y la recaudación de octubre llegó a $11,9 billones, 2,4% menos que un año atrás en términos reales. El superávit financiero retrocedió 25%. La ecuación es simple: menos ingresos y más compromisos por pagar.

La baja en Bienes Personales dejó una herida grande por el impacto del blanqueo del año pasado y la reducción del régimen especial, que achicó la base imponible. A eso se sumó el bache en retenciones tras la liquidación anticipada de divisas previa a las elecciones, que ahora deja un hueco imposible de disimular.

En medio de ese cuadro, el gasto en intereses que sí figuran “arriba de la línea” subió 4,3% real, sin contar los capitalizados que se agregan por debajo y explican buena parte del problema.

Con este escenario, los analistas coinciden en que el ajuste fiscal empieza a rozar sus límites: recaudación floja, intereses en alza, una economía que se enfría y retenciones que aportan menos. La épica del “superávit limpio” se topa cada vez más con una realidad que complica el guion oficial.

About Author

Categorías