“¡Hola a todos, yo soy el león!”. Con la voz rota, entre gritos y jadeos, Javier Milei irrumpió en el escenario del Movistar Arena como si estuviera en el pico de su gira de 2023. Desplegó una sonrisa exagerada, agarró el micrófono y, acompañado por su banda “presidencial”, se lanzó a entonar “Demoliendo Hoteles” en una versión torpe y desafinada. La escena sirvió como apertura del relanzamiento de su campaña electoral, disfrazada de recital rockero y atravesada por mensajes anticomunistas y “antiwoke”.
Promesas recicladas mientras Caputo pide plata afuera
Mientras en el escenario Milei jugaba a ser rockstar, en Washington el ministro de Economía, Luis Caputo, buscaba más fondos de la administración Trump para sostener el dólar y estirar la cuerda del endeudamiento. En el estadio, la pantalla gigante proyectó una foto de Milei junto al expresidente estadounidense y el público explotó en gritos: “Milei, querido, el pueblo está contigo”.
Desde el escenario, el mandatario lanzó: “¿Escuchás kirchnerista? pudiste ganar un round, pero no la batalla y mucho menos la guerra”. Luego, en un mano a mano con el vocero Manuel Adorni, arengó a su militancia: “Vamos por el sendero correcto, pero estamos a mitad de camino. No aflojen que hay que terminar de pasar el río”.
Prometió nuevas reformas para después del 11 de diciembre, celebró que “aniquiló la hiperinflación y subió el PBI 6 por ciento” y aseguró que está aplicando “ajustes que le sirven a la gente”. También pidió apoyo para seguir en el poder: “Si tuviéramos la suerte de que nos acompañen hasta 2031, le estaríamos devolviendo 500 mil millones de dólares a los argentinos que dejarían de pagar impuestos”.
Backstage de campaña y militancia uniformada
Horas antes del acto, Milei transmitió en vivo desde el estadio vacío, mostrando uno por uno a los “músicos” y técnicos. Presentó a Joaquín Benegas Lynch en guitarra y a su hermano Bertie —futuro presidente de la Comisión de Presupuesto tras la baja de José Luis Espert— en batería. También se sumaron Marcelo Duclós, biógrafo del Presidente, y su esposa. “¡¡Miren!! el bombo tiene la cara de Ludwig von Mises”, exclamó entre risas.
En las inmediaciones, las distintas agrupaciones oficialistas coparon el Parque Los Andes con remeras de colores y consignas extremas. Los de las Fuerzas del Cielo llevaban estandartes que decían “el comunismo es una enfermedad del alma”. Muchos militantes admitían que no les entusiasmaba apoyar a Diego Santilli, el reemplazante de Espert en la lista bonaerense, pero lo harían “por Milei”.
También participaron referentes del espacio como Agustín Laje, que proclamó: “Esta batalla no se libra solo en el Congreso y en los medios, se libra en los corazones y en el alma misma de la nación”. No faltó Jonathan Morel, de Revolución Federal, acusado por su vínculo con el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner.
Repertorio de hits y burlas políticas
Pasadas las 20.30, las luces se apagaron y comenzó el espectáculo con “Panic Show”. Milei entró al pasillo entre la gente agitando los brazos y desbordado de energía. Alternó clásicos del rock nacional como “Demoliendo Hoteles”, “Rock del Gato” y “Blues del Equipaje” con hits populares como “No me arrepiento de este amor” y “Dame Fuego”.
Entre tema y tema tiró frases sueltas. “Miren al diputado Bertie en la batería: si le pegara a la casta como le pega a los parches en 10 años somos potencia”, ironizó. También dedicó varios temas a Cristina Kirchner “que lo mira por tv desde su prisión” y modificó el estribillo de “Dame Fuego” por “Tira piedra/kuka tira piedra/tira piedra”.
Sobre el final, proyectaron una parodia con escenas de Star Wars en las que CFK y Axel Kicillof intentaban destruirlo sin éxito. Luego cantó el “aba navira jaba” en homenaje a “las víctimas del siete de octubre” y cerró con “Libre”, de Nino Bravo. En la pantalla aparecieron imágenes de asesinatos y de Alberto Nisman, mientras Milei denunciaba que “la izquierda intenta aplicar xenofobia y antisemitismo” y llamaba a defender a Israel como “bastión de Occidente”.
Show viejo en tiempos críticos
Afuera del estadio, agrupaciones de izquierda se manifestaron con carteles que decían “Karina coimera” o “Milei: el único milagro con vos es llegar a fin de mes”. La postal contrastó con el tono festivo que buscó el Presidente en medio de una crisis económica profunda y tras verse obligado a bajar a Espert de las listas por sus vínculos con el narcotráfico.
En el Movistar Arena, entre riffs mal tocados y arengas recicladas, Milei apostó a reactivar su base electoral con un show que mezcla música, política y culto personal. Esta vez, la épica libertaria sonó desafinada.
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