Javier Milei regresó de su última visita a Estados Unidos con una mezcla de entusiasmo y cautela. Aunque consiguió los gestos de respaldo que buscaba, la operación le costó más de lo esperado. Según fuentes cercanas a la relación bilateral, la intervención no surgió de un diálogo directo entre los mandatarios, sino de un pedido del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, al secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
El funcionario estadounidense se encargó de traducir ese pedido en señales de confianza hacia Milei, en un momento que Washington considera delicado para el gobierno libertario argentino. Sin embargo, los gestos fueron más simbólicos que efectivos, y generaron fricciones entre sectores agrarios republicanos que esperaban proteccionismo y no ventajas para competidores como Argentina.
“Conociendo a Trump, esto fue una operación de relaciones públicas para dar confianza”, explicó a Tiempo un veterano observador del mandatario norteamericano. “Su actitud fue simplemente promocional para generar un efecto corto, que les dio resultados, pero la escena dejó mucho que desear: Milei le acercó un tuit, Trump lo leyó y después dijo que era el momento de salir de ese lugar”.
El efecto inmediato del respaldo ayudó a reducir la presión cambiaria, aunque por pocos días: la eliminación temporal de retenciones duró solo tres jornadas y el malestar de los farmers estadounidenses comenzó a marcar límites. Según un alto diplomático, “Ahí no hay una relación que se afianza, sino un salvavidas que se arroja en medio de la tormenta”.
En Florida, centro neurálgico del trumpismo, persisten dudas sobre la duración de esta operación. “Si Milei sigue con la estupidez de sentirse un líder mundial, mientras pierde unos 30 mil millones de dólares prestados cada seis meses, entonces el respaldo va a durar menos de lo esperado”, advirtió un miembro del ecosistema político de Miami y Palm Beach.
El respaldo no se canalizó por los canales diplomáticos habituales, sino por lo que se define como el “teléfono rojo económico” de Caputo. Aunque se prometieron medidas de apoyo, hasta ahora no se concretó nada más que un swap para el Banco Central, mientras se evalúa la ampliación del endeudamiento con el FMI. “Lo de Bessent consistió en prometer medidas, pero hasta ahora no surgió nada más concreto que sumar un swap para el Banco Central que buscará reemplazar el que tiene con China, pero eso no es nuevo”, señaló un observador.
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