27 de septiembre de 2025

El ahorro de la burguesía «negrera» y sus consecuencias en los jubilados

Por Nicolás Villanova*

El gobierno libertario ya tiene los borradores para la sanción de una reforma laboral y jubilatoria. A esta altura del mandato de Milei uno puede sospechar por dónde vendrá el asunto: una mayor flexibilización laboral, un aumento de la edad jubilatoria, la eliminación de las moratorias y un ajuste en los haberes para achicar el gasto social. Procesos que ya están en marcha. En la actualidad, los jubilados obtienen ingresos previsionales de miseria y más de la mitad percibe la mínima, o sea, unos 320 mil pesos mensuales que con el bono complementario de 70 mil se llega a unos 390 mil pesos. Paradójicamente (o no), tanto el oficialismo como la oposición señalan que los jubilados debieran obtener mayores ingresos. Entonces, ¿qué proponen?

Hace unas semanas, el economista libertario y asesor del presidente, Juan Carlos de Pablo, impulsaba el congelamiento del haber previsional de los jubilados por moratoria acusándolos de que, si quisieran cobrar un mayor haber, “hubiesen hecho los aportes”, como él y como tantos trabajadores que en su vida laboral fueron registrados. Parece que De Pablo se olvida (o no lo sabe) que ese proceso de formalización es responsabilidad de la patronal, en complicidad con el Estado, y que el hecho de no “blanquear” esos contratos la burguesía negrera se ahorra fortunas y obtienen ganancias millonarias en detrimento de las condiciones de vida de los obreros.

En efecto, uno de los problemas de las jubilaciones es la expansión del empleo “en negro”, aunque no es el único. El trabajo no registrado se incrementa desde hace décadas y el gobierno actual lo legitima. La informalidad supone un mecanismo de compensación de escasa productividad y rentabilidad del capital en Argentina, razón por la cual los empresarios apelan a una reducción del salario para subsistir a la competencia.

La magnitud del fenómeno

En la actualidad, el empleo asalariado “en negro” constituye el 36% (unos 5,4 millones de obreros en relación de dependencia). En los últimos tiempos, el INDEC estima el empleo informal a un nivel más general incorporando otras formas de empleo como el cuentapropismo. Este término resulta problemático toda vez que muchas veces encubre situaciones de empleo en relación de dependencia que no son registradas como tal por las estadísticas oficiales. La cifra trepa al 42% y representa a unos 9 millones de personas. El mayor empleo “en negro” se ocupa fundamentalmente en las pequeñas y medianas empresas.

¿Cuánta plata se ahorra la burguesía por no registrar a sus trabajadores? La Oficina de Estadísticas Sociales del Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales (CEICS) elaboró un ejercicio de estimación y tomó como criterio metodológico la estimación del salario por hora en blanco por calificación ocupacional según rama de actividad y comparó con el salario “en negro”. Luego, se estimó el ahorro por salario, el ahorro por no pagar los aportes sociales, las denominadas contribuciones patronales y el sueldo anual complementario.

¿El resultado? Sólo entre los años 2004 y 2024 el ahorro por la diferencia salarial entre sueldos “en negro” y “en blanco” fue una suma equivalente a 240 mil millones de dólares. Se trata de un promedio anual para el mismo período de poco más de 10.6 mil millones de dólares. Por su parte, el ahorro por no pagar aportes y contribuciones fue en los últimos 20 años equivalente a casi 194 mil millones de dólares, con un promedio anual estimado en 8.5 mil millones de dólares. Si comparamos estas cifras con la economía agregada obtenemos que en los últimos años el ahorro por la diferencia salarial fue equivalente a casi el 3% del PBI, mientras que, el ahorro por no pagar aportes y contribuciones osciló entre el 2% y el 2,7% del PBI.

Otra comparación. Por ahorro en “cargas” sociales entre los años 1993 y 2024 el monto representa apenas un -42,5% menos que toda la deuda bruta acumulada al mes de marzo de 2025. Mientras que, si sumamos el ahorro por no pagar aportes más los que no se paga en salarios por contratar “en negro” del mismo período, la suma total ahorrada supera al monto de la deuda bruta acumulada en un 15,5%. Todo un síntoma de la magnitud de las fortunas amasadas por los empresarios negreros.

Las consecuencias

Este ahorro supone una fortuna millonaria para el conjunto de los empresarios que contratan “en negro”, ganancias que brotan de la plusvalía producida por el obrero y apropiada por el burgués. ¿Y para los obreros? Para ellos implica una vida miserable. El empleo “en negro” significa un salario mucho más bajo que el obrero “en blanco” dado el impedimento de discutir paritarias, la ausencia de una cobertura médica y la imposibilidad de obtener un haber jubilatorio una vez cumplida determinada edad, luego de una vida entera de trabajo. Consecuentemente, el obrero “en negro” se ve forzado a trabajar eternamente o a que lo asistan sus familiares.

El kirchnerismo puso un límite a esta situación, a su modo, o sea, a través de la redistribución de la miseria y con la plata de los jubilados y de la clase obrera. Lanzó dos moratorias previsionales dirigidas a personas que no cumplimentaban con los años de aporte para su jubilación. Luego de la derrota en las legislativas de 2009, el gobierno “K” impulsó la AUH. Mientras que, las primeras medidas se dirigieron a los trabajadores que se habían empleado “en negro” durante su vida laboral (hoy son 4.5 millones de personas, es decir, el 61% del total de jubilados y pensionados), la segunda fue dirigida a los hijos e hijas de los obreros y obreras “en negro” (4.1 millones de niños y niñas). Individualmente, los montos de estas asignaciones fueron una miseria, ni siquiera alcanzaron para resolver la pobreza. Para las cuentas fiscales, estas sumas resultan elevadísimas.

¿Cómo se financia todo esto? Con la caja de la ANSES a la que se agrega un porcentaje del IVA (un impuesto al consumo) y una parte del impuesto a las ganancias cuarta categoría (un impuesto al salario “en blanco”). O sea, todo esto lo financia la clase obrera. Para peor, la caja jubilatoria está reventada desde hace varias décadas con hoy apenas unos 10.3 millones de aportantes. Es decir que, por cada jubilado y pensionado hay poco menos de un cotizante y medio, cuando se estima para una caja sostenible una relación de 1 jubilado cada 4 aportantes.

Y ahora, ¿qué pretenden los apologistas del gobierno libertario? Congelar el haber por moratoria y eliminar las moratorias. ¿Con qué argumento? Que no hay plata. No es cierto, la plata está, sólo que se la queda la burguesía negrera. El ajuste no soluciona el problema. En lo inmediato, el empleo “en negro” puede comenzar a resolverse a través de un blanqueo generalizado so pena de que el Estado se quede con el 51% de la empresa en caso de no hacerlo. En el más largo plazo, el problema de las jubilaciones se resuelve con creación de empleo productivo y con salarios más elevados. Una estrategia semejante sólo deviene de un Estado que planifique y concentre la economía.

*Por Nicolás Villanova (sociólogo, investigador del CEICS. Miembro de Vía Socialista).

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