27 de septiembre de 2025

El muro invisible: por qué el CUD digital es una cachetada a millones de argentinos

Por Christian Papisca*.-

En política, existen dos realidades: la del Boletín Oficial y la del ciudadano de a pie. En marzo de 2023, el gobierno anunció con orgullo, a través de la Resolución 322/2023 de ANDIS, que el Certificado Único de Discapacidad (CUD) pasaba a ser digital y sin vencimiento. Para la foto, era el fin de un problema. Para la vida real de millones de personas, fue apenas el comienzo de una nueva frustración.

Celebrar ese parche es ignorar que el Estado sigue construyendo un muro invisible que separa a las personas con discapacidad de sus derechos más básicos. Porque la tortura burocrática no estaba en la renovación, sino en el calvario de conseguir el certificado por primera vez. Según datos de la propia Agencia Nacional de Discapacidad, a fines de 2024, el porcentaje de personas con CUD vigente apenas superaba el 14% del total estimado de la población con discapacidad en Argentina. ¿Qué nos dice esto? Que el 86% restante, o bien no lo necesita, o lo que es más probable, se dio por vencido ante un sistema diseñado para agotarlos.

El CUD «eterno» es una solución del siglo XXI para un problema que sigue anclado en la burocracia del siglo XX. Le pusieron una capa de pintura digital a un muro que sigue siendo de concreto. Peor aún, la letra chica de la resolución esconde la trampa de las «instancias de actualización», un eufemismo para la potestad del Estado de volver a pedirte papeles cuando se le ocurra. Cambiaron la fecha de vencimiento por un cheque en blanco burocrático.

La discapacidad no es un expediente. Es una realidad que exige un Estado ágil, empático y, sobre todo, eficiente. El debate no puede limitarse a un certificado. Hablemos de frente sobre los tres grandes muros que debemos demoler:

  1. El Muro de la Burocracia Humillante: Nuestra propuesta es la «Ley de Trámite Cero«. Para diagnósticos irreversibles, el CUD debe gestionarse de oficio entre el sistema de salud y el Estado, con el simple consentimiento del ciudadano. Basta de hacer peregrinar a un padre con su hijo en brazos para demostrar lo evidente. Y para quienes sí necesitan el trámite, datos del Observatorio de la Discapacidad muestran que la demora promedio para obtener una junta evaluadora en varias provincias sigue superando los seis meses. Nuestra meta es clara: ningún trámite de CUD puede demorar más de 30 días.
  2. El Muro de la Asistencia Indigna: Una pensión no contributiva que, según datos oficiales de ANSES a julio de 2025, no alcanza para cubrir ni la mitad de la canasta básica de un adulto, no es una ayuda, es una condena a la dependencia. Debemos transformar la asistencia en empoderamiento. Proponemos crear el «Fondo Nacional para la Autonomía Personal«, que no será un subsidio, sino una inversión directa en el potencial de cada persona: créditos a tasa cero para adaptar viviendas, comprar tecnología de asistencia que hoy es impagable, o financiar terapias específicas que las obras sociales rechazan sistemáticamente.
  3. El Muro de la Exclusión Laboral y Social: La ley de cupo laboral en el Estado es un fracaso reconocido. Es hora de un sistema de «Cupo Inteligente» con incentivos fiscales reales para las empresas privadas que no solo contraten, sino que desarrollen planes de carrera para personas con discapacidad. Y hablemos del transporte: es inaceptable que en 2025 todavía veamos cómo las rampas de los colectivos no funcionan o los anuncios sonoros en las estaciones son una rareza. Esto no se arregla con más subsidios a empresas, sino con una fiscalización ciudadana real y multas severas que se reinviertan en accesibilidad.

Basta de parches. Basta de titulares vacíos que no cambian la vida de nadie. El futuro que proponemos es uno donde la discapacidad deje de ser sinónimo de lucha y pase a ser sinónimo de derechos garantizados. Un país sin muros invisibles.

*Nota de opinión de Christian Papisca (candidato a diputado nacional por Hagamos Futuro).

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