La trama judicial en torno al colapso del token Libra volvió a golpear al círculo íntimo presidencial. El juez Ariel Lijo resolvió que no corresponde que el caso siga en su juzgado y lo envió a su par Marcelo Martínez de Giorgi, quien ya maneja un expediente que apunta a los mismos protagonistas: reuniones arregladas con Javier Milei mediante supuestos sobornos. La medida, calificada como “conexidad” procesal, despertó preocupación en el despacho del Presidente.
El fiscal Eduardo Taiano impulsa la investigación. La semana pasada pidió acceder a teléfonos celulares en busca de conversaciones entre Milei y su hermana Karina, señalada como pieza clave en la gestión de esos encuentros. El funcionario judicial también revisa movimientos financieros que, según indicó en un escrito, podrían constituir “eventuales pagos indirectos a funcionarios públicos a fines de la concreción de los hechos y, en consecuencia, como instrumento de la maniobra delictiva investigada”.
Los nexos empresariales también son parte del rompecabezas. Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy oficiaron de intermediarios entre el mandatario y Hayden Mark Davis, creador del token. El propio Milei promocionó la compra de Libra en redes sociales en febrero, antes de borrar el mensaje cuando miles de inversores ya habían perdido dinero. Davis y su socio Julian Peh participaron de reuniones con el Presidente en la Casa Rosada y en el Hotel Libertador. “Para concretar esas reuniones, que tuvieron lugar en la Casa Rosada y el Hotel Libertador, estos empresarios habrían abonado una suma de dinero al Presidente y/o a su círculo de colaboradores”, detalló el fiscal.
En su resolución, Lijo sostuvo que “existe una mancomunidad probatoria (y de personas imputadas) que, a los fines de lograr una mejor administración de justicia y evitar un dispendio jurisdiccional, exige la tramitación conjunta de ambos actuados”. El magistrado enumeró además los contactos de Milei con Davis, Peh, Novelli y Terrones Godoy, e incluyó la participación del exasesor de la CNV Sergio Morales.
La denuncia de los diputados de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro y Mónica Frade fue la primera en poner a Karina Milei en el centro de la escena. Según ese escrito, la secretaria presidencial habría exigido dinero a empresarios a cambio de gestionar audiencias con su hermano. “Desde el día viernes 14 de febrero por la noche, ocasión en la que se conoció la participación del mandatario en la posible defraudación a través de Libra; personas vinculadas y que han quedado señaladas, han expresado en chats privados –luego difundidos– que la denunciada (Karina Milei) era la que pedía sobornos”.
El expediente también recopila testimonios de referentes del mundo cripto. Charles Hoskinson, cofundador de Ethereum y Cardano, aseguró que le pidieron plata para destrabarle una reunión con Milei y que le prometieron que pasarían “cosas mágicas”. En la misma línea, Diógenes Casares de Stream Finance sostuvo: “Recibí un mensaje de alguien a quien respeto quien me aseguró que a un funcionario del Gobierno se le había pagado, ya sea un soborno o una tarifa de consultoría, lo que sea, y según me dijeron era de un alto rango del Gobierno”. Incluso el orfebre Juan Carlos Pallarols relató que cuando quiso entrevistarse con el Presidente, Karina Milei le pidió 2000 dólares.
Mientras tanto, en Estados Unidos avanza una demanda colectiva contra los responsables de Libra. Los querellantes reclaman por pérdidas millonarias y denunciaron la existencia de cinco billeteras virtuales con 111 millones de dólares, creadas justo antes del lanzamiento del token. El diputado Oscar Agost Carreño, integrante de la comisión investigadora, alertó en redes: los fondos podrían ser “el botín de la maniobra” y “si se pierde habrá un daño irreparable”.
El desenlace judicial todavía es incierto. Martínez de Giorgi deberá definir si acumula las causas en un solo expediente o si la Cámara Federal vuelve a intervenir. En paralelo, siguen bajo la lupa las transferencias de Davis, Novelli y Terrones Godoy, así como los dispositivos electrónicos secuestrados. La figura de Karina Milei, cada vez más comprometida, se mantiene como uno de los puntos más sensibles para el Gobierno en medio de un proceso que combina criptonegocios, denuncias de sobornos y sospechas de corrupción en el entorno presidencial.
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