El Ministerio de Economía anunció una fuerte poda en el gasto público que asciende a casi $500.000 millones, con un impacto especialmente duro en las partidas destinadas a Educación, políticas sociales y obras de infraestructura. La medida se oficializó a través de la decisión administrativa 23/25 publicada en el Boletín Oficial.
Según el desglose, el recorte incluye una quita de $120.000 millones en el área educativa, lo que repercute en becas estudiantiles, planes de desarrollo universitario y proyectos de infraestructura escolar. Al mismo tiempo, se redujeron recursos en programas de inclusión social, empleo y transferencias a provincias.
Fuentes del Palacio de Hacienda aseguraron a Ámbito que se trata de “reasignaciones de partidas con una baja en el gasto primario consistente con nuestra política fiscal”.
Educación en la mira
El Ministerio de Capital Humano fue uno de los más afectados. La Secretaría de Educación resignó más de $120.000 millones, lo que implica menos fondos para becas a estudiantes (-$44.270 millones), programas de educación superior (-$40.000 millones) y obras de infraestructura y equipamiento escolar (-$12.451 millones).
También se aplicaron recortes en la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, que perdió casi $68.000 millones, mayormente en programas de inclusión social. A su vez, Trabajo y Seguridad Social sufrió una poda de $19.480 millones, y hasta la Biblioteca Nacional vio recortado su presupuesto en $234 millones.
Economía también ajustó
La cartera que conduce Luis Caputo redujo $154.456 millones. La mayor parte se concentró en infraestructura económica y social, donde se resignaron $224.133 millones.
Dentro de este recorte, se destacaron los $93.280 millones menos en transferencias a empresas privadas vinculadas al sector hidrocarburífero, además de casi $20.000 millones que dejaron de girarse a provincias.
Sin embargo, no todo fueron tijeretazos: Vialidad Nacional recibió $191.003 millones extra para obras de rutas y autopistas, y el Senasa sumó más de $8.200 millones para fortalecer sus funciones de control sanitario.
Un superávit más abultado
El informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Finanzas Públicas (ASAP) detalló que, tras la operación, el superávit presupuestario trepó de $5,9 billones a $6,6 billones, lo que representa el 5% de los recursos totales estimados.
La entidad señaló que, en paralelo, el Gobierno aumentó el gasto en 76 programas por un total de $459.673 millones, pero aplicó quitas en otros 111, que sumaron recortes por $953.024 millones.
Expectativas hacia el 2026
En medio de esta reconfiguración del gasto, el presidente Javier Milei presentará el lunes los lineamientos del Presupuesto 2026. El anticipo enviado al Congreso en julio ya proyectaba una inflación del 22,7% para 2025, un aumento del tipo de cambio nominal del 20,4% y un superávit fiscal del 1,6% del PBI, en línea con lo pactado con el FMI.
Con la ejecución presupuestaria en un 62% y los ingresos en un 71% al 9 de septiembre, analistas no descartan que el Gobierno vuelva a ajustar partidas antes de fin de año.
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