19 de agosto de 2025

Las razones detrás del «perdón» del FMI a Milei


La benevolencia con que trata el FMI a Javier Milei es propia de un socio complicado. Argentina es el mayor deudor del organismo. Este organismo, colonizado por un sector de la política estadounidense interesada en sostener gobiernos afines, emitió la semana pasada un documento que justifica el otorgamiento de más plata al país, le perdona los incumplimientos al gobierno y, de paso, se desliga de futuros posibles desastres de la política económica que ellos mismos recomiendan.

El documento que habilita el último desembolso del FMI pide quita de retenciones -a los pocos días Milei se las quitó al sector minero-, incentiva el extractivismo de los bienes naturales, permite la tan impoluta intervención en el tipo de cambio, habilita la continuidad del cepo a las empresas y pide un nuevo índice de inflación al Indec.

El documento elaborado tras la Primera Revisión Bajo el Acuerdo Ampliado, que responde al pedido de waiver o perdón de parte del país, está escrito en una prosa rebuscada, con asteriscos escondidos, para autojustificar el aporte de dólares frescos a semanas de las elecciones legislativas.

Las recomendaciones escritas en la jerga propia de un organismo internacional destinado a las finanzas, dan cuenta de la indulgencia que se maneja el staff y el board para con la gestión Milei y se expresa en que la meta de reservas internacionales netas (dólares) que para diciembre de 2025 se redujo de manera muy marcada. Ahora, el nuevo cronograma, el nivel inicial bajó de u$s8.200 millones a u$s2.600 millones, es decir, una acumulación neta de solo u$s5.600 millones, es decir u$s5.000 millones respecto a la meta original. Este alivio se replicará en las próximas revisiones: u$s4.000 millones menos para la primera mitad de 2026 y otros u$s2.000 millones para el segundo semestre. El objetivo final de alcanzar u$s22.900 millones de reservas para diciembre de 2027 se mantiene, pero eso ya será problema del final de la gestión mileista.

Las razones del waiver

La solicitud de Argentina de la exención de cumplimiento de la acumulación de reservas se basó en “las acciones correctivas implementadas recientemente y el lanzamiento de una estrategia de compra de divisas multifacética para reconstruir de manera creíble las reservas en línea con los compromisos del programa”.

El FMI pronostica que “la acumulación de reservas se acelerará aún más a partir de 2026 y se espera que alcance los objetivos originales del programa para finales de 2027” y prevé un “acceso continuo al mercado y mayores flujos privados, incluidos para facilitar la expansión continua de las exportaciones de energía y minería”.

“El personal también apoya las solicitudes de exenciones de incumplimiento y de modificación de los criterios de desempeño, dado el rendimiento del programa hasta ahora y los nuevos compromisos de políticas en el futuro. El personal también recomienda la finalización de la revisión de las garantías de financiamiento, dado los esfuerzos de buena fe continuos de Argentina para resolver sus atrasos externos. Finalmente, el personal apoya la solicitud de las autoridades para la aprobación de las restricciones cambiarias restantes, ya que son temporales, mantenidas por razones de balanza de pagos, no discriminan entre miembros ni otorgan a Argentina una ventaja competitiva desleal sobre otros miembros. Estas medidas se están aplicando mientras Argentina se esfuerza por eliminar su problema de balanza de pagos”, reza el texto.

¿Caputo y Milei están interviniendo?

El mantra de que la inflación es en todo tiempo y lugar un fenómeno monetario se hace cada vez más difícil de encajar con los hechos. Y el FMI lo sabe. De hecho, la semana pasada Federico Sturzzenegger confesó en un reportaje que el gobierno está interviniendo en los dólares futuros “muy poquito”. En el texto que emitió el organismo se advierte que las intervenciones del Banco Central en el mercado de futuros del dólar deben ser excepcionales y solo justificadas por «condiciones desordenadas», no deben sustituir a la política monetaria convencional ni alterar la señal del tipo de cambio”. “El organismo le otorgó la posibilidad al gobierno de hacer en esta etapa de transición intervenciones acotadas “mientras el sistema financiero se adapta al nuevo marco monetario y se profundiza el desarrollo del mercado interbancario”, justifican.

Además, le recuerda que puede intervenir en la política de flotación entre bandas para el dólar, e insta al Gobierno a acumular reservas y pide que el BCRA desarrolle un rol más activo en ese propósito.
El FMI celebró también la decisión del Gobierno sobre las LEFI y el cambio en los encajes de los bancos. Por otro lado, avaló la continuidad de las restricciones cambiarias que quedan aún del cepo, aunque recomendó encaminar su eliminación total.

“En adelante, y tras la reciente eliminación de los LeFis, se profundizarán las reformas para facilitar el desarrollo adicional de los mercados interbancarios, incluida la armonización de los tiempos de liquidación para los instrumentos del mercado monetario a corto plazo. Mientras tanto, el BCRA seguirá activo en la realización de operaciones de recompra y operaciones en el mercado abierto, según sea necesario, utilizando su cartera de bonos del Tesoro comercializables a corto plazo, mientras que el Tesoro continuará considerando aumentar temporalmente la frecuencia de sus subastas primarias para apoyar el funcionamiento ordenado del mercado monetario a corto plazo”, ordena el organismo.

Con respecto al cepo, destaca su levantamiento a las personas a la vez que recomienda dejarlo para las empresas. “El personal evalúa que las restantes restricciones cambiarias, diseñadas para abordar los retrasos de importación heredados y los pagos de dividendos y servicio de deuda heredados, y el MCP se han mantenido para aliviar las presiones en la balanza de pagos. Las autoridades están solicitando la aprobación de la Junta para mantener estas restricciones cambiarias y el MCP de manera temporal, con la intención de eliminarlas gradualmente a medida que las condiciones lo permitan durante el transcurso del programa. El personal apoya la solicitud de las autoridades, ya que se cumplen las condiciones para la aprobación: son temporales, se mantienen por razones de balanza de pagos, no discriminan entre miembros, y el MCP no otorga a Argentina una ventaja competitiva injusta sobre otros miembros”.

Según el FMI, “la desinflación sigue estando respaldada por condiciones monetarias restrictivas”, aunque el salto a precios post suba de dólar se notó esta semana, y a la vez pidió seguir con el esquema de tasas altas. Pero, pisar el dólar siempre trae consecuencias. Una de ellas es la invasión de productos importados que incrementa la salida de dólares. Después del superávit comercial de 2024, volvió a terreno negativo en 2025. La recomendación de devaluar llegó en tono amable pero insistente y el FMI pidió un tipo de cambio más alto para ayudar a corregir el desequilibrio: encarecer importaciones y mejorar la competitividad exportadora. De hecho, este último desembolso llegó recién cuando el dólar oficial empezó a operar cerca del techo de la banda de flotación, lo que podría anticipar un reacomodamiento mayor en el segundo semestre.

Con respecto al cepo a las empresas que sigue vigente el organismo pidió su eliminación progresiva “particularmente en lo que respecta a los pagos de dividendos heredados y la deuda comercial”.

Al considerar el flujo de divisas, el FMI puso el ojo en los dólares del colchón al pedir una “regulación prudencial” con “las medidas recientes destinadas a fomentar el uso de dólares estadounidenses mantenidos fuera del sistema financiero formal” que deberán ser totalmente coherentes con “los estándares de prevención del lavado de dinero y la financiación del terrorismo, así como con prácticas sólidas de fiscalización y administración de ingresos”, una forma elegante de desligarse ante eventuales causas penales.

Con respecto a la llamada “timba financiera” advirtió que es necesario “mitigar los riesgos de flujos volátiles a corto plazo y posibles desajustes de divisas” y ejercer una “la supervisión bancaria también se está mejorando, especialmente en el contexto del aumento de los préstamos no productivos”.

En la noche del viernes, Milei sostuvo en cadena nacional que perseguirá las iniciativas que generen gasto sin que tengan una fuente de financiamiento, una norma presupuestaria básica presente desde siempre en la ley de presupuesto nacional. Pero el presidente la mencionó también porque figura en el texto que mandó el FMI, donde instó a resistir cualquier «nueva iniciativa de gasto sin financiamiento», antes del párrafo en el que recomienda recortar más las áreas sociales: pensiones por discapacidad, AUH y otros subsidios que deberán pasar por «controles de elegibilidad» más estrictos.

La veta extractivista figura en el documento hacia el final, ya sobre las conclusiones que se sintetizan en que todo este esquema de valorización financiera sostenido a fuerza de deuda financiada directamente por el Fondo. La “salida exportadora” como respuesta al problema del endeudamiento ya había empezado con el gobierno de Alberto Fernández y sus acuerdos con Kristalina Georgieva.

Las perspectivas de mediano plazo: energía, minería y deuda privada están puestas en que haya mayores ingresos de capital privado, impulsadas por el régimen de incentivos RIGI. En un contexto de creciente baja de la inversión extranjera directa, el FMI volvió a recomendar el uso de los Proyectos de Inversión Pública Privada (PPP), esa experiencia fallida de financiamiento de la obra pública durante el gobierno de Macri.

En busca atraer inversiones, el FMI a la vez que exige obediencia fiscal, pide que se retiren las retenciones al pedir “reducir los todavía altos impuestos a la exportación que desincentivan la competitividad, a medida que las condiciones fiscales lo permitan”. Al día siguiente, Milei eliminó las retenciones a la industria minera.

En el aspecto más político del documento, en donde los funcionarios de Washington piden una reforma fiscal integral y otra laboral, el FMI le asigna al acting del Consejo de Mayo “un rol clave”, una forma de buscar legitimidad a todas las reformas estructurales. Mientras el poder legislativo, destinado a otorgar legitimidad y a la vez legalidad al sistema político, está siendo adverso en las votaciones, el rejunte de dirigentes de distintas instituciones que se hizo para esa representación sin visos de legalidad. “En este contexto, el recientemente establecido Consejo para la implementación del acuerdo “Pacto de Mayo”, que comprende representantes del ejecutivo nacional, las provincias, ambas cámaras del Congreso, sindicatos y asociaciones empresariales, jugará un papel clave en el avance de la ambiciosa agenda de reformas de las autoridades”, suponen desde Washington.

El waiver a la excepcionalidad

A su vez, en el apartado sobre la excepcionalidad del acuerdo que tiene Argentina, el Fondo, como juez y parte, sostiene que el país cumple con los cuatro criterios de otorgamiento de este nuevo endeudamiento. Y es allí donde se encuentran escondidas, en medio de una redacción circular, las verdaderas preocupaciones del Fondo: que Argentina siga fugando los dólares que presta y termine en otro default.

El criterio uno revela que Argentina sigue experimentando presiones excepcionales en la balanza de pagos en la cuenta financiera, impulsadas por un gran servicio de deuda en moneda extranjera del sector público en el corto a mediano plazo, en tanto en el criterio dos evalúa que la deuda pública de Argentina es sostenible a mediano plazo, pero no con alta probabilidad.

El Fondo también cree que se va a cumplir con el requisito tres, de recuperar el acceso a los mercados de capitales privados dentro de un plazo y a una escala que permita al miembro cumplir con las obligaciones que tiene con el propio Fondo. Por último, el fondo cree que el país cumple con el criterio cuatro, de haber tomado las medidas correctivas para abordar los déficits de reservas.

Todo este esquema de dólar bajo y tasas altas sigue en pie de parte del país y del Fondo hasta el domingo 26 de octubre. Luego de los resultados electorales, habrá que ver si el organismo sigue sosteniendo financiera y políticamente al gobierno.

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