“La destrucción es el precio de las contradicciones”.
Ayn Rand
Me siento obligado a comenzar esta nota citando a Simón Bolívar, que hace alrededor de 200 años explicaba nuestro presente: “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia”.
Esa batalla, la batalla del sentido, que excede a la cultural, es la que andamos perdiendo. Porque… ok: Milei; y la motosierra; y la destrucción del Estado, y los rabiosos que lo eligieron… Y también las tres veces que fueron a las urnas a votarlo. Pero luego están los que le dieron herramientas. Los que en un gesto de extrema genuflexión, que acaso podría describirse de manera más grosera, le otorgaron la mentada Ley Bases, norma que terminó 36 a 36 en la Cámara de Senadores gracias al voto de Edgardo Kueider, legislador entrerriano que hoy está detenido junto a su secretaria en Paraguay y ha sido citado a declarar el próximo 30 de julio por haber intentado ingresar a ese país la suma de 211.102 dólares, 3.900.000 pesos y 640.000 guaraníes, sin haber declarado ese dinero. Claro… ¿cómo vas a declarar lo que no podés justificar?
Kueider, de origen justicialista-aunque a la altura de su votación ya no tenía terminal política al igual que su compañero de bancada “Camau” Espínola- ingresaron a la Cámara representando determinados valores e ideas, pero luego, se dieron vuelta como una media para terminar consagrando otros valores e ideas. “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”, explicaría Groucho Marx.Algo similar podría decirse de la senadora Lucila Crexell, que canjeó su voto por una embajada en la OEA que, claro, nunca llegó, porque ya es sabido que Milei te vende a la mamá… pero no te la entrega.
En la cuenta deberían incluirse a Emilio Monzó, que fue intendente de Carlos Tejedor durante 6 años bajo el signo del PJ y, al sumun, Miguel Pichetto, que presidió el bloque de senadores peronistas del senado durante 17 años. ¿De verdad no sabían lo que estaban haciendo? ¿Tipos que trabajaron durante décadas como equilibristas, se terminan cayendo del triciclo?
La lista sería larga y hasta confusa, porque entre los que le ofrendaron facultades delegadas a Milei (que ya tenía las facultades alteradas), también estuvieron Margarita Stolbizer (que se la pasa tuiteando su descargo) y los eternos lilitos Paula Olivetto, Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López, demócratas de cotillón que, de vez en vez, se desgarran las vestiduras por el estado de derecho, la división de poderes y coso (claro, son hijos putativos de la mamá de la Republiquita).
Entonces, ¿qué sentido tiene votar por sus convicciones a tipos (y minas) que pueden venderlas, canjearlas o mercarlas? Parafraseando al Chapulín Colorado: “Y ahora: ¿quién podrá representarnos?”. La fragilidad de nuestra democracia inter-mediada se profundiza en las aristas de corrupción, labilidad y falta de contextura política de la dirigencia. Una dirigencia que hace malabares para no perder privilegios, prebendas y lucros varios y, en sus volteretas, termina exhibiendo lo peor de sí. “Cuanto más alto trepa el monito, así es la vida, el culo más se le ve”, Solari dixit.

Canonjías
En la semana de la Patria… porteña (la declaración de la Independencia del 9 de Julio de 1816 en Tucumán fue una puesta en escena del Centralismo para consolidar su poder por los siglos de los siglos) está bueno revisar cómo nuestros Próceres, los que llegaron a salvar la Patria, han devenido en Prosaicos que apenas si piensan en salvarse a sí mismos. De otra manera, el ombliguismo imperante en una buena porción de la clase política no tendría razón de ser. Y la militancia constituiría un honor y un deber, en lugar de un laburo.
Esa jarra loca partidaria que mezcla una parte de clientelismo con dos partes de fabricación de candidatos -y evita la formación de dirigentes- ha dejado como resultado esta suerte de hangover brutal de hombres y mujeres que, para evitar la resaca del día después del poder, prefieren mantenerse en sus bancas. Las piruetas y agachadas que se están viendo a esta hora de cierre de alianzas de la Provincia de Buenos Aires (como la de los radicales depilados junto con los lilitos confusos y los peronistas a la cordobesa) son apenas una muestra de lo que se viene para los próximos meses.
Porque, seguramente, muchos de los traicionaron el voto de sus mandantes (léase Pueblo) van a volver a intentar conseguir una banca: en el Congreso Nacional, en las legislaturas provinciales o en algún Conejo Delirante (léase Consejo Deliberante). Y si la suerte les es esquiva, un contratito en algún cuerpo legislativo porque ellos son “políticos profesionales”. ¡Manga de turros! (léase turros)
Con buen criterio, legisladores de Unión por la Patria, que siempre defendieron los colores del club popular resistiendo y votando en contra de las aspiraciones despóticas del Presidente, ahora le tienden una soga a los díscolos para que se aferren y no se caigan del mapa de la política. “Si los aliados al gobierno se arrepintieron: hay una salida. Ir al recinto, dar quórum, y votar con mayoría simple el rechazo de los decretos delegados de Ley Bases. Y así preservar activos estratégicos y funciones esenciales de organismos públicos, empresas y fondos fiduciarios”, posteó Julia Strada. Son muchos los legisladores decorosos que ofrecen esta salida que, a la vez de echarles un poco de enjuague blanqueador a los colaboracionistas, ayudará a poner freno a las locuras de Milei.
Sin embargo, en algo puede que tenga razón el Papadas cuando dice que “llegaron tarde”: el grado de destrucción que le ha infligido a la Argentina este gobierno en menos de dos años va a tardar décadas en poder ser reconstruido. Y de eso también deberían hacerse responsables los que, con la excusa de “darle gobernabilidad”, le pusieron combustible a la motosierra.

Milagreros
Milei es un hombre de fe. Una fe surtida, ecléctica, de pertenencia religiosa múltiple. Capaz de lacerarse la frente cabeceando el Muro de los Lamentos y, a la vez, inaugurar una iglesia evangélica codo a codo con un pastor que, además de hacer caminar paralíticos y tener un coro de mudos recuperados, dice haber construido su edificio gracias a que sus ahorros de 100.000 pesos se transformaron en 95.000 dólares a través de una especie de milagro (no pudimos averiguar a cuánto estaba el cambio en el momento del milagro). Imaginate si el apóstol Pedro hubiese tenido ese poder, la Iglesia que se hubiese levantado…
Sin embargo, no todo es cuestión de fe. A veces, hay que laburar un poco; negociar, hacer política y no andar vilipendiando a siniestra y a siniestra (porque a la diestra nunca la ataca). De otra manera, te puede ir como al Papadas en su jueves negrísimo en el Senado que le propinó una paliza política de antología luego de que el martes, Diputados, ya lo dejara medio grogui.
Hay que comprender la realidad de este pobre muchacho que, además de luchar con sus discapacidades políticas tiene demasiados entrenadores. Decía un gobernador de esos que se colaboran encima: “Y, no entendés: porque Lule Menem te dice una cosa; Santiago Caputo otra y del palacio de Hacienda, otra… y encima sale Guillermo Francos y explica cualquiera”. Extravagante genuflexión la del Jefe de Gabinete puesto de punchingball para adentro y para afuera, con menos poder que el Conan alquilado. Será que la está juntando como nunca en estos 50 años de vivir del Estado porque, de otra manera, no se justifica que ofrende su historia política en el altar mileísta (aunque sean un par de páginas apenas).
Pero volvamos a lo que se recordará como “El Milagro de las Cámaras”. El pasado martes, antes de la jornada patria que Milei utilizó para “hacer medios” (ni un chocolate con churros; ni una paradita militar en el Patio de las Palmeras… ¡Nada! No sé si te queda clara cuál es la patria del Papadas…) los diputados le clavaron sendas normas tendientes a destinar fondos al Garraham y a las Universidades. Y el jueves, en una sesión que recordó el sentido de la Democracia participativa liberal, se aprobaron el aumento para los jubilados y la emergencia en discapacidad (por unanimidad), la extensión por dos años de la moratoria previsional y, de premio para los gobernadores que ya no le creen a Milei ni el bendito, se le dio media sanción a la modificación en el reparto de los ATN y a la coparticipación del Impuesto a los Combustibles. A los postres, los senadores rechazaron el veto a la ayuda para Bahía Blanca.
De esa jornada (que hicieron lo indecible por voltear) quiero destacar el hecho más infantil, burdo, pedestre e inútil que pude observar en 42 años de democracia: a la hora de votar, como estaban siendo vapuleados, algún libertario de esos que intentan ser más mileísta que Karina, desconectó el sistema electrónico de registro, lo que obligó a los senadores a hacerlo a mano alzada y, en algún caso, de modo nominal. Eso, y que a un legislador que quiso ingresar al recinto intentara ser frenado por una persona de Seguridad por no tener puesta una corbata, marcan el nivel de desesperación y rabia que atravesaba a las huestes de las Fuerzas del Cielo en la Cámara Alta… Tanta fuerza hicieron que la cagaron.

Déspotas
Duro como canapé de bulones y más tenso que la relación entre Irán e Israel, Milei llegó absolutamente sacado a la Bolsa de Comercio, ya anoticiado de que en el Senado de la Nación estaban haciendo dulce con las iniciativas que él resistía. Por ese motivo, el Gobierno, tachó la sesión de “golpe de Estado”, cosa bastante llamativa de parte de un cuerpo de legisladores, pero… nunca se sabe.
El presidente inició su perorata de siempre con los Grandes Éxitos Libertarios, pero, a poco de comenzar, estalló su furia. Con un rictus que le torcía la boca hacia el costado derecho (tanto que algunos de los presentes creyeron que le estaba dando un ACV), el Primer Mandatario dijo, refiriéndose a las normas que se estaban votando, “Vamos a vetar. Y si aún se diera la circunstancia, que no creo, que el veto se cae, lo vamos a judicializar. Y aun si de repente la justicia tuviera un acto de celeridad de cosas que tarda años en tratar y lo tratara en poco tiempo, aun así, el daño que podrían causar sería mínimo, solo una mancha en dos meses, la cual el 11 de diciembre se la vamos a revertir en caso que tuviera éxito, lo cual la política del superávit fiscal es permanente”.
Estas ideas, que salían a borbotones de la ladeada boca presidencial, pintan el grado de absolutismo que manifiesta Milei y sus seguidores más cerriles. Casi al unísono, Fran Fijap, el tuitero que fue corrido por jubilados luego de provocar en una manifestación y terminó encerrado en una casa de empanadas, protegido por policía de civil, escribía con mayúsculas en su cuenta de “X”: “Hay que dinamitar todo el Congreso, con diputados y senadores adentro” y su jefe, el Gordo Dan, líder de ese armado ridículo que se autodenomina Las Fuerzas del Cielo, subía un posteo que rezaba: “Los tanques a la calle ya. Es Ahora”. Un verdadero dislate que sólo podría sintetizarse en una frase del filósofo estadounidense Robert Anton Wilson “Orwell tenía razón: el verdadero totalitarismo parece exactamente una parodia de sí mismo.”
Milei sostiene que LLA va a “arrasar” el próximo octubre. Debería tener algún asesor que le advirtiera que, aún si eso ocurriese (cosa bastante dudosa teniendo en cuenta los resultados que se vienen dando en las provincias), no alcanzaría a tener mayorías absolutas en ninguna de las dos Cámaras y, por lo tanto, siempre esa negociación a la que se niega y trata de bombardear a cada rato, será imprescindible para terminar su mandato.

Paparruchadas
La semana dejó claro, también, que son una máquina de hacer boludeces. Desde la justificación del Papadas para no viajar a Tucumán “por la niebla” (en un día diáfano y despejado) hasta la fallida opereta que el “Toto de la Champion” montó de apuro con “Pautazo” para apretar a los gobernadores que se habían pintado la cara. Fantino se pasó diez cuadras y lo que quedó expuesto fue la debilidad del plan económico, cuyo dibujado éxito pende de un hilo llamado financiamiento externo (cosa que, con los mandobles políticos que se comió en la semana, difícilmente se active).
La pelea de Patricia Bullrich y Victoria Villarruel por twitter, en medio de esa sesión del Senado que los sacó de caja, también fue parte de ese desencuentro profundo que hay hacia el corazón de La Libertad Avanza. “Levántese, Sra. Vicepresidente. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo destructor. Al menos siga del lado del pueblo que la votó para cambiar este país. No convalide a la corporación política más abyecta de la historia”, la apuró Pato a una Villarruel que está harta de ser destratada.
“Ministra Bullrich, la democracia fue denigrada cuando personas que integraron orgas terroristas como en su caso, manejaron durante décadas el destino del país. Todos los argentinos saben de qué lado estoy en lo que a kirchnerismo se refiere porque los combatí siempre, mientras usted pululaba de partido en partido (…) Como Vicepresidente cumplo con mi rol institucional (…) El Senado es la casa de las provincias, así que antes de hacerse la picante repase la Constitución Nacional donde dice con claridad que Argentina adopta para su gobierno el sistema representativo, republicano y federal”, le contestó una Vicky destemplada, que ya estaba recibiendo la andanada de puyas de parte del trollerío libertario. Eso la puso tan mal que abandonó el recinto.
Un rato más tarde, Milei la trató públicamente de “traidora”. La realidad es que la vicepresidenta ya había pegado en la línea de flotación durante el acto del 9 de Julio en Tucumán, volando “a pesar” de la niebla y asegurando “en la fecha importante de la Independencia de la Argentina… ¿Cómo no estar acá y venir a hacerme parte con el pueblo tucumano?”, en una enmascarada crítica al Presidente que, en ese momento, paseaba por un streaming amigable diciendo sandeces.

Monsiuer Dolarín
Pero más allá de las peleas internas que, insisto, se deben básicamente a que en las tensiones del triángulo de hierro está triunfando Karina, lo que le permite ejercer su ya mítico análisis de alta verdulería, pasa, sobre todo, que el modelo económico cruje más que los pisos de pinotea de las casas viejas. Es que más allá de las nunca demostradas habilidades del pastor Ledesma para transformar pesos en dólares, anillos de plástico en diamantes y ovejas descarriadas en rebaños, la falta de divisas y la caída en las reservas del Central son bastante más que una luz roja encendida en el futuro del Gobierno.
Grandes empresas como Celulosa al borde de la quiebra; 200.000 puestos de trabajo perdidos; el dólar tocando los 1.300 pesos (cuando ellos apostaban a que llegara al piso de la banda para comprar); el Banco Central interviniendo en el mercado de futuros para que las divisas no vuelen (o corran) y, encima, la reactivación del escándalo del avión negro y las diez valijas con dólares (según explicó Adorni mientras se pegaba un tiro en el pie) del tándem Lule Menem-Scaturicce-Arrieta.
Al parecer, en Wall Street, esta serie de desatinos y desmadre sauto infringidos cayó muy mal. Los bancos cambiaron impresiones (y papers) y, se dice, se juramentaron no bajar un dólar más mientras no se recupere cierta “seriedad” y algunos acuerdos que hoy asoman quebrados. “Hay que ponerle coto a esta situación… sobre todo ahora que Carrefour se va de la Argentina”, clamaba un desolado Caputo que no encontraba su pasaje a de primera para ir a tomar sol a Ipanema.

Ententes
También en Buenos Aires hubo milagritos. El de la Santísima Trinidad fue, acaso, el más esperado y, por eso, importante. Massa, Máximo y Axel posaron en una curiosa fotografía en la que el tigrense se restriega las manos, Kicillof apenas si sonríe y el vástago de los Kirchner cruza sus brazos en la espalda y mira para otro lado. Del retrato participa también, como invitado de piedra, el “Cuervo” Larroque que justo cruza detrás de escena. Una imagen bien elegida para los que disfrutan editorializando con las imágenes.
Más allá de cualquier opereta, la cosa está bastante bien. “Fuerza Patria”, tal el nombre del armado parece gustarle a los votantes del campo nacional y popular, sobre todo teniendo en cuenta que a la reunión se han sumado personajes tan contradictorios como eficaces a la hora de comunicar, caso de Guillermo Moreno, a quien nadie le podrá negar el peronismo, ni aun estando en contra de todo lo que hace y dice… que es mucho.
Más complejas se presentan otras juntadas, como la de “Somos Buenos Aires”, que contiene a un cachito de la UCR, lo más granado de la Coalición Cívica y el GEN, un sector que responde a Emilio Monzó, el armado de Joaquín de la Torre y un par de intendentes peronistas enfrentados con el Kirchnerismo como Fernando Gray, de Esteban Echeverría y Julio Zamora de Tigre. Todo un coctel de rapiñadores de votos a los que se suma el Gringo Schiaretti, a quien parece no alcanzarle con los problemas que tiene en Córdoba y entonces baja a Buenos Aires.
La disolución del PRO en el espeso menjunje de la Libertad Avanza, bajo la atenta mirada de Ritondo y Karina y con la displicencia de Macri, no está del todo bien vista por algunos intendentes que, otrora, formaron parte de Juntos por el Cambio pero a quienes esta versión fascistoide de la derecha libertaria medio que los espanta. De todas formas, la comunicación dice que la “Alianza La Libertad Avanza” y la tonalidad violeta de su señalética están absolutamente consolidados. Veremos, dijo Lemos.
Por lo pronto algunos ex libertarios como el “Chino” Kicuchi han presentado sendas alianzas paralelas. La del antiguo operador de Karina -expulsado del bunker pocos días antes de la victoria- se llama Avanza Libertad… por si alguno se confunde. Y también se hizo presente la eterna juntada de la izquierda con su consabida composición de Partido Obrero + PTS + MST + Izquierda Socialista. Estos llevarían a Nicolás Del Caño encabezando la lista de la Tercera y Romina del Pla la de la Primera. Lo que marca la evidente nacionalización de los comicios provinciales de Buenos Aires.
Pero no está todo dicho. En realidad, no hay nada asegurado. Falta la negociación en el armado de las listas; la estructuración de un discurso común; la disposición de las distintas recorridas; la armonización con los poderes locales y la organización de todos los detalles de la campaña que, como ya se sabe, no son pocos y “sólo la organización vence al tiempo”.
El pueblo está para hacer Fuerza y los hombres y las mujeres de la Provincia quieren Patria. Está en las manos, las cabezas y los corazones de la dirigencia de superestructura, no volver a defraudarlos. Porque la decepción camina presurosa detrás del entusiasmo.
Por Carlos Caramello.-
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