“La tiranía más insoportable
es la tiranía de los subalternos”.
Napoleón
Celebra. El tipo celebra. Sus dueños -sus patrones-, celebran. Y se confunden con sus amanuenses, que también celebran. Celebra una inflación mensual traída de los pelos, medida con indicadores vetustos que, no obstante no representar el gasto actual, acumulan 107% en lo que va del año hasta octubre y exhibe una variación interanual del 193%.
Celebra que, a pesar de esa inflación, hay dos productos que compiten a la baja en su precio: los gobernadores y los diputados… se venden cada vez más barato. Lo celebra con el envío de una reforma electoral que anula las PASO y rearma el sistema como para que sólo puedan competir los ricos. Una reforma que no debería pasar en un año electoral pero el tipo tiene “argumentos” y “carpetas”… y además todo puede ser en el Parlamento del Revés.
Celebra que Trump, luego de hacerle juntar orines varios días, le atendió el teléfono y le dijo -según el vocero de Adorno- que era su “presidente favorito”… ¡a cuántos les dirás lo mismo, Donald, compadre!
Celebra que hayan encontrado el enemigo perfecto (sin eso, la derecha se estanca o retrocede), útil para justificar cualquier tropelía, como la de no debatir ni acompañar proyectos de ley que ellos mismos presentaron e impulsaron hasta hace unos pocos meses, con el justificativo de “no votar junto al kirchnerismo”. Y también celebra que el peronismo haga cosas como para darle la razón.
Celebra que un sector de la Justicia siga operando a favor de los intereses de los poderosos, sin tener en cuenta que a cada chancho le llega su San Martín, y el cerdo libertario no está exento.
Celebra que décadas de odio inoculado en las clases medias de la Argentina hayan filtrado por ósmosis aspiracional hacia los sectores más bajos de la escala social. Que según el estudio de la Universidad Di Tella, la pobreza en los nueve primeros meses del año alcanza “nada más” que al 49%. Y celebra también que en el Cyber Monday de la semana crecieron las ventas, aunque lo que más se vendió fue jabón en polvo y protector solar… en cuotas.
Celebra encuestas que paga carísimas, sólo para ignorar las que no puede comprar. Celebra la posibilidad de polarizar con Cristina que, presiente, va a ser sacada de juego por la Justicia. Celebra la falta de referentes opositores. Celebra la confusión discursiva. Celebra la anomia y la locura.
Como un Joker vernáculo, en la mejor semana de su gobierno y, probablemente de su vida, Javier Milei encuentra motivos para celebrar mientras la mitad de la Argentina sufre, llora de rabia y comienza a violentarse, porque se siente violentada.
Y DALE CON LA CORRUPCIÓN
Foto: Carlos Brigo.
En los últimos 210 años de historia de la patria, la corrupción ha operado como el mejor argumento para denostar a los gobernantes populares que chocaron con los poderes fácticos de turno.
Ya la Asamblea de 1813 decidió someter a juicio de residencia a “todos los miembros de los primeros gobiernos patrios, entre otros Mariano Moreno (juzgado post mortem), Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Larrea, Matheu, Alberti, Juan José Paso, Rodríguez Peña, Hipólito Vieytes, Bernardino Rivadavia, Sarratea, Chiclana, Álvarez Jonte y varios más”, según cuenta Arturo Frondizi en un capítulo de su libro “Estrategia y Táctica del Movimiento Nacional”, dedicado a la corrupción como herramienta para derrocar gobiernos. La pregunta que la Asamblea les hacía a los testigos era la siguiente: “Si saben, les consta o han oído decir que dichos gobernantes hayan recibido cohechos o gratificaciones en el tiempo de su administración, de cualquier especie”… más o menos la misma calidad de pruebas que ahora.
A partir de esos días, el método de endosarles supuestas corrupciones a algunos de los hombres y las mujeres que trabajaron de cara al pueblo, para su dignidad y felicidad, se volvió costumbre. Rosas acusado de “traición a la Patria” por un libro apócrifo conocido como “Las Tablas de Sangre”, escrito por un verdadero corrupto, el periodista José Rivera Indarte que le cobró a la casa Lafone & Co. (mandataria de la Aduana de Montevideo) un penique por cada muerto incluído en un listado que, se suponía, eran los asesinados por el Restaurador pero, en realidad, comprendía a todos los caídos en las guerras de la Independencia e incluso a algunas personas vivas.
Manuel Dorrego, fusilado por un Juan Galo de Lavalle (conocido como “La Espada sin Cabeza”) que cedió a las presiones del unitario Salvador María del Carril. Y también José de San Martín, a quien Rivadavia acusó de “robarse el Ejercito del Norte” que vendría a ser algo así como el “se robaron un PBI” en nuestros días.
Hipólito Yrigoyen, derrocado en 1930 por un golpe militar que, sin embargo, fue declarado “legal” por la Corte Suprema cuyo procurador era Horacio Rodríguez Larreta, tío abuelo del ex Jefe de Gobierno porteño. Y más tarde Juan Perón y Evita, con más de 150 denuncias, todas por corrupción: económica y moral, ya que al General se lo acusaba de pervertir a menores.
PRESA O MUERTA
Foto: Carlos Brigo.
A caballo de tan meneado argumento llegamos a la sentencia, confirmada el pasado miércoles por la sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, que condenó a Cristina Kirchner a 6 años de prisión y la imposibilidad de ocupar cargos públicos por el resto de su vida. Queda, aún, el fallo de la Corte que, gracias a los buenos oficios del cuasi jubilado Juan Carlos Maqueda, ya anunció que se tomará su tiempo para pronunciarse al respecto.
Se habló y escribió tanto en la semana sobre esta cuestión que casi no existe costado del tema que no haya sido analizado. Incluso por la misma protagonista de esta condena que compartió algunos conceptos reiterados, como el de la persecución política con el único objetivo de impedirle participar en la vida política de la Argentina, y una jugosa síntesis del fallo realizada gracias a la Inteligencia Artificial del que se desprenden serias inconsistencias como que las pruebas son indirectas, que se utilizaron pruebas de otra causa, que hay cronologías incoherentes, la ausencia de peritajes técnicos y la inexistencia de elementos que prueben el beneficio personal de la acusada.
Si a esto le agregamos que de las 1543 páginas del escrito muchas se llenaron con el famoso copy-paste (copiar y pegar de un texto anterior) probablemente la idea de Cristina de denominarlos “Jueces Copitos” sea, además de un hallazgo, una excelente descripción.
Decía: como se ha dicho y escrito casi todo sobre el tema quiero tomar el primer párrafo del artículo escrito para La Nación por Carlos Pagni, uno de los analistas más inteligentes del momento, para refutar algunos conceptos allí vertidos. Dice que la sentencia es “una novedad relevante” cosa absolutamente falaz ya que el mismo diario y otros medios la venían anticipando, como Clarín que, en septiembre de 2022 ya titulaba “Cristina, entre la bala que no salió y el fallo que sí saldrá” de lo que puede extraerse que, más que una novedad, se trata de una decisión que también había sido anticipada por la propia Cristina en agosto de 2022 cuando avisó “La sentencia está escrita desde 2019”.
En el mismo párrafo, Pagni explica que se la condena por “apropiación de recursos públicos a través de licitaciones orientadas en favor de Lázaro Báez, quien tiene todo el aspecto de haber sido el testaferro de Néstor Kirchner”, en una llamativa construcción en donde el periodista, al parecer, apela a una suerte de teoría lombrosiano-jurídica al signar a Báez de “testaferro” por “aspecto”. Y esto se debe a que no hay en semejante volumen de páginas ni una sola prueba contundente de esa suerte de oscura complicidad que expresa la figura del testaferro.
Más allá de las metonimias, Carlos Pagni, como el juez Moro en Brasil (al que hace referencia en su artículo) no tiene pruebas pero sí certezas. Y las lanza como puñales hacia el corpus jurídico de una causa que viene flojita de papeles y necesita de este tipo de confirmaciones para constituirse en algún tipo de verdad. Aunque, para el escriba y sus lectores, la verdad sea lo menos relevante en este caso.
POLARIZAR HASTA QUE DUELA
Haciendo lo que mejor hace, el presidente Milei se colgó rápidamente de esta condena que no está firme y decidió, desde su rol de objetor moral de la casta, iniciar el castigo de Cristina. Unilateralmente, al mejor estilo “Dictador de Costa Pobre” (célebre personaje de Alberto Olmedo) mandó a suspender el pago de la jubilación y la pensión que recibe Cristina Kirchner por haber sido presidenta y ser viuda de un presidente. Y se cuidó muy bien de sumarle el adjetivo “privilegio” a esa asignación.
Si algo no puede perder el líder libertario es la centralidad en la comunicación y, la condena a Cristina, junto a todas las manifestaciones que trajo aparejadas, desde una clase abierta de derecho a cargo de Juan Grabois y Juan Martín Mena hasta una concentración de miles de adeptos en las puertas del Instituto Patria (que la ex presidenta saludó desde el balcón), lo habían corrido de la escena. El tuit tratando de revictimizarla no había surtido efecto (fueron demasiados los libertarios y macristas que salieron a saludar la sentencia) y entonces, la idea luminosa: basta de jubilación de privilegio. Fin.
Claro que la medida tuvo su respuesta. Ni lerda ni perezosa, la actual presidenta del PJ tuiteó: “Lo único que te faltaba Milei!!! Ahora resulta que, además de ser titular del Poder Ejecutivo, querés crear y presidir un “Tribunal de Honor” para juzgar el honor, el mérito y el buen desempeño en el cargo de los ex Presidentes y ex Presidenta de la Nación. Y para colmo… ¿Un Tribunal con atribuciones para fijar y aplicar penas accesorias a las del Poder Judicial? Estás tan fuera de eje que está apareciendo el pequeño dictadorzuelo que siempre llevaste adentro (a los argentinos que te votaron de buena fe no les va a alcanzar la vida para arrepentirse de haberlo hecho). Y, entonces… ¿Te querés asociar con la mafia judicial para perseguirme vos también? ¿Tanto miedo me tenés? Te comento que al dictador Videla sí le tuve miedo y mucho. Pero vos sólo me das lástima y vergüenza ajena. Ojo Milei… Mirá que Olivos ha mareado a más de uno”.
El tuit es más largo. Y más lleno de adjetivos y diagnósticos. Pega donde duele. Y con la herramienta que más le duele: “X”. Sin embargo, uno no puede (ni debe) dejar de leer un principio de acuerdo en el intercambio. Las señas de dos tahúres que se reconocen. Con esta pelea -mi amigo Marcelo Falak ha decidido elevarla a la altura de guerra-, ambos han recuperado el centro del ring y, lejos de fintear, de amagarse, ya han empezado con los golpes. Nada definitivo. Nada tremendo. Pero lo suficientemente contundentes como para que el mundo sepa que, si hubo alguna vez un acuerdo de gobernabilidad, este cayó y está hecho añicos. A polarizar se ha dicho. Las dos figuras más importantes del poder político están en la escena de la carrera 2025.
CON LA NUESTRA
La módica suma de 300.000 dólares. Eso costó, solamente, el avión privado que transportó a Javier Milei y su hermanita a West Palm Beach, Florida, a donde viajaron para que nuestro presidente pueda hacerse una foto con el recientemente electo Donald Trump en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el foro conservador más antiguo de los Estados Unidos. El mismo jueves, por la noche, se cruzó con Trump en Mar-a-Lago, el club privado del magnate y político norteamericano y logró la imagen tan deseada.
Pero también se trajo una perlita: “invitado” a disertar en esa cena de recaudación (naturalmente esas “conferencias” se gestionan previamente y se pagan cifras importantes por tener la oportunidad de hablar), arrancó en un inglés tarzanesco (¡Carlos Tevez volvé, te perdonamos!) para explicar que iba a exponer en español porque tenía un muy buen traductor. Inédito. Luego esbozó algunas de sus muletillas recurrentes sobre la Argentina cuando estaba entre las primeras economías del mundo (el tipo insiste en hablar en foros internacionales como si estuviese con Fantino), explicó de manera bastante abstrusa su idea de armar una unión de naciones de derecha apelando al verso de “los hermanos sean unidos” del Martín Fierro y finalmente, antes de concluir su discurso, fue interrumpido e invitado a salir del escenario por la presentadora del evento. Algunos dicen que fue una falta de respeto pero otros creen que la cantidad de sandeces que estaba diciendo ameritaban que le cortaran la perorata. Es de esperar que, dada la poda en la oratoria, le hayan hecho una rebaja en el precio. Sobre todo porque pagó con la nuestra.
No contento con el desprecio (Trump no lo escuchó pero luego, en su discurso, le agradeció su presencia y Milei tuvo su momento húmedo), durante la cena montó un show bailarín que avergonzó a propios y extraños, que filmaban con sus celulares las payasadas del anarco capitalista de cotillón. Al día siguiente, en el mismo sitio pero con un clima diferente, el presidente argentino habló ante un grupo de unos 300 invitados, expresó su más ferviente adhesión a las políticas del nuevo mandatario norteamericano y hasta se podría decir que ató su agenda a los destinos geopolíticos de los Estados Unidos.
En este sentido vale destacar que el gobierno de La Libertad Avanza ha sido bastante errático en sus conductas respecto a los temas que preocupan en todo el mundo. Luego del enojo y la expulsión destemplada de Diana Mondino y la designación de Gerardo Werthein (que aún no tiene acuerdo del Senado), la Argentina votó en dos ocasiones en absoluta soledad: primero contra una resolución sobre los derechos de los pueblos originarios y 72 horas después, en contra de sumar esfuerzos para prevenir y eliminar toda forma de violencia contra la mujer y las niñas. Por este motivo y en una más de las idas y vueltas de la relación PRO – La Libertad Avanza, el partido presidido por Mauricio Macri sacó un fuerte comunicado en el que destacó que “Argentina vota en soledad, contra el resto de la humanidad”.
Milei volvió el viernes por la tarde a la Argentina para recibir al presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien viajó con reclamos medioambientales luego de que el gobierno libertario retirara a su delegación de la cumbre del clima COP29 que se desarrolló en Bakú, Azerbaiyán. Ambos participarán mañana y pasado del encuentro del G20 que se desarrollará en Río de Janeiro. Por ahora, la posibilidad de una reunión bilateral entre el mandatario argentino y Lula está más fría que las zonas de góndolas de carnes y lácteos de los grandes supermercados, pero, aunque no los una el amor, puede que los junte el espanto de que nuevamente se frustre la concreción del acuerdo Mercosur – Unión Europea. Por interés baila el mono, decía mi abuelita la soltera.
¿QUÉ TE PASHA, ESTÁS NERVIOSHO?
La política, en tiempos de estupidez artificiosa, suele contagiar… para peor. Prueba de esto es la actitud de algunos gobernadores que, por origen propio y de sus votantes, deberían distanciarse de los usos y costumbres de un gobierno nacional que en cada gesto muestra su perfil autoritario bordado en el orillo.
Algunos justifican su sometimiento en la necesidad de recuperar financiamiento para las obras públicas de la provincia. Plata fresca que les prometen pero nunca llega, al menos en el volumen que la necesitan. Y es que ya deberían saber que Milei, en la negociación, te vende a su madre… pero no te la entrega. Los casos del Tucumán de Jaldo, y la Catamarca de Jalil son los más conocidos entre los muchos que se han subordinado sin mayores ventajas.
Pero esta semana ocurrió algo singular. Algo que nadie esperaba. El gobierno de la provincia de Santa Cruz, que encabeza el sindicalista Claudio Vidal (quien ha intentado siempre presentarse como un político independiente pero que, pueblo chico / infierno grande, todos saben que anduvo mucho de la mano del ex gobernador Sergio Acevedo, hombre primero ligado al kirchnerismo y luego crítico) mandó a allanar, en un mega operativo, la Casa Valdocco, un refugio para niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad que regentea el cura Juan Carlos Molina, uno de esos sacerdotes (como el Padre Paco, como Pepe, como Eduardo de la Serna) que lo reconcilian a uno con la Iglesia.
Como si fuesen a reventar una cocina de droga, varios funcionarios del gobierno provincial acompañados de efectivos de las Fuerzas de Seguridad armados hasta los dientes, irrumpieron en esta fundación generando “un ambiente de tensión, miedo y vulneración de derechos para los menores y jóvenes bajo nuestro cuidado”, según reza el comunicado oficial de la institución.
Tergiversando un informe positivo sobre Casa Valdocco, Iris Rasguido, presidenta del Consejo Provincial de Educación; Mercedes Barrionuevo, Directora General de Educación de Zona Norte; Analía Constantino, ministra de Salud y Medio Ambiente; Luciano Achetoni, Subsecretario de Niñez y Luisa Cárdenas, Ministra de Desarrollo organizaron una redada en este hogar de niños y adolescentes. Los interrogaron como si fuesen delincuentes; los asustaron, los revictimizaron y hasta les comieron los alfajores a los pibes.
Por suerte, la jueza Rosa González que intervino en el hecho tomó contacto personal con los chicos y pudo establecer que “el denominador común que prevalece en ellos es la búsqueda de nuevos horizontes, principalmente de un proyecto de vida y del cumplimiento de sus sueños”. Esto en un informe que cierra con una emotiva descripción de las sensaciones que tuvo en la charla mano a mano con cada uno de ellos, a quienes se toma el trabajo de nombrar y reconocer. Un final atípico para un documento público; un cierre lleno de amor. Y también el motivo para que algunos quieran pedirle juicio político.
¿Algo singular, dije? Raro, agrego. Medio gobierno santacruceño en una acción sin pies ni cabeza contra un cura que peca de ser kirchnerista y amigo del Papa pero nunca habló de “niños encadenados y envaselinados” y una institución que tiene todos sus papeles en orden a diferencia de los ricachones que blanquearon miles de millones de dólares en el último tiempo.
Los corrillos santacruceños hablan de un mal momento personal del gobernador Vidal; de la posibilidad de que en los próximos días miles de trabajadores pierdan su trabajo en la provincia; del apriete de algunos pastores pentecostales que lo acompañaron en su campaña y hasta de una manera de llamar la atención al gobierno nacional en el momento en que se discute el presupuesto.
Todos coinciden, no obstante, que se equivocó de enemigo, cualquiera sea su motivo. Yo quiero agregar que esta acción estúpida, desangelada, inútil y peligrosa que llevó a cabo el gobierno de Santa Cruz es el botón de muestra de un estado de cosas en nuestra patria. Hoy, cualquier imbécil puede asaltar un hogar de niños para evitar “el cumplimiento de sus sueños”, según las palabras de la jueza González. Los sueños de los pibes. Los sueños de los débiles. Eso es lo que parece estar mal en esta Argentina distópica y perversa del modelo libertario.
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